Sobre la lucha magisterial

Martín Martínez Erosa: Sobre la lucha magisterial.

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Se ha hablado mucho en los diversos medios sobre las manifestaciones que los docentes de educación básica del Estado han realizado. Permítame ponerle un poco en contexto. En mayo de cada año, se anuncian los incrementos salariales al gremio magisterial. Muchas veces con bombo y platillo el Presidente en turno hace el anuncio bajo el aval de la dirigencia sindical a nivel nacional.

Se reconoce que a lo largo del sexenio del presidente López Obrador, los ingresos de la población trabajadora se han dignificado, de manera muy justa. Los salarios mínimos han tenido en este sexenio incrementos históricos propiciando que la población tenga mayores ingresos que le permiten ofrecer una vida más digna a sus familias.

En el caso del magisterio, igual es justo reconocer que en este sexenio, en el año 2022 se creó la llamada medida del bienestar, que garantiza, por medio de un pago adicional al salario, que los docentes no tengan un ingreso menor al salario promedio registrado ante el IMSS. En 2023 esta medida considera igual a los trabajadores de la educación que se les conoce como Personal de Apoyo y Asistencia a la Educación, conformado por las secretarias, administrativos, bibliotecarios, personal de intendencia, entre otros. Dicho pago se hace en un rubro aparte y no va directo al sueldo base, por tanto, no impacta en aspectos como aguinaldos, bonos, ni tampoco en la pensión o jubilación. Es importante mencionar que esta medida no se paga a todos los docentes, sino sólo a aquellos cuyo salario sea menor al establecido, y lo que se paga es la diferencia entre el sueldo base y el promedio registrado ante el IMSS. Quienes por méritos propios de incremento de horas o ascensos escalafonarios a nivel directivo tengan un ingreso mayor, no se les paga nada.

Volviendo al salario mínimo, de 2019 a 2024, éste se subió en un 113%, por medio de incrementos anuales que han fluctuado del 16% en 2019, el 20% en 2020, 15% en 2021, 22% en 2022, 20% en 2023 y 20% en 2024.

Pero en el caso del gremio magisterial, estos aumentos no han sido, ni de cerca, equivalentes a estos porcentajes. Cuando escuche o lea que los profesores este año tuvieron un aumento de 10% en promedio, hay que resaltar que ese porcentaje no es la realidad. Esto porque el aumento real a los profesores es aquel que va a su sueldo base. Lo demás es aumento a prestaciones, que no tienen un impacto real en el ingreso, ni en aguinaldos, bonos y mucho menos en pensiones y jubilaciones. Lo que anuncia el Presidente con gran espectacularidad es en realidad un 4% al sueldo base y el resto a otros rubros, incluyendo la medida del bienestar que no es para todos.

Los incrementos a sueldo base a docentes de manera general han sido los siguientes: en 2019 el 3.35%, 2020 en 3.4%, en 2021 fue 3.9%, en 2022 fue 4.5%, en 2023 el 3.5% y en este año se habla de que es el 4%. Como puede calcular, el sueldo base de los profesores en 6 años se ha incrementado de manera real en un 22.65%.

Curioso que cuando el aumento al salario lo establece el Gobierno para que paguen las empresas, en 6 años aumentó un 113%, y cuando establece el aumento a sus empleados el aumento es sólo el 22.65%. Este año se ofreció redignificar el salario docente y la expectativa era grande, y la realidad fue otra, lo que generó esta inconformidad y el reclamo de algo que el gremio considera justo, y ¿sabe qué? Tienen razón. Le invito a que se ponga en los zapatos de los profesores y analice si considera que lo que solicitan es justo. Basta ya que la llamada dignificación del magisterio que tanto promulga el Presidente en su tribuna se quede en el discurso.

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