Trabajemos en contra de la normalización de la violencia
Miguel Óscar Sabido Santana: Trabajemos en contra de la normalización de la violencia.
Apunto de finalizar el año 2022, es necesario reflexionar respecto al avance que nuestra sociedad ha experimentado en lo que se refiere a la tarea de respetar y hacer respetar los derechos humanos.
Pese a los problemas que ha significado para el cumplimiento de nuestras tareas, la presencia del virus del Covid-19 y al desequilibrio económico derivado de su existencia, en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán no hemos detenido nuestro avance, tanto para la tarea educativa como en la atención de las personas que consideran han sido violentadas sus prerrogativas fundamentales.
A principios del año venidero, por mandato de ley, compareceré ante el H. Congreso del Estado para rendir un informe pormenorizado de los trabajos que hemos realizado en este 2022, para la difusión y defensa de las prerrogativas fundamentales de nuestra sociedad.
En este punto quiero agradecer en todo lo que vale el indiscutible apoyo que nos han dado para realizar nuestra labor todos los medios de comunicación, como lo es Novedades Yucatán, prensa escrita, así como a la radio y la televisión. Además de las redes sociales, vía internet, para dar a conocer a nuestra sociedad las tareas que llevamos a cabo para hacer que se cumpla el objetivo del respeto pleno de los derechos humanos y cimentar de una vez por todas la cultura de obediencia a las leyes, como nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y demás ordenamientos locales e internacionales que México ha suscrito y ratificado.
Para fortalecer el pleno respeto a nuestras prerrogativas fundamentales hemos de trabajar fuertemente para desterrar de nuestra cotidianeidad la sombra ominosa de la violencia que tanto vulnera los derechos humanos.
Esa violencia hay que erradicarla de las calles de México. Hagamos un esfuerzo adicional para impedir que la violencia y la discriminación traspasen los muros de nuestros hogares, para educar a nuestros hijos con el amor y la comprensión que les tenemos, sin que en esa conducción esté la sombra del autoritarismo, del abuso del poder parental, que a veces, sin darnos cuenta ejercemos padres y madres en contra de nuestros hijos e hijas. Erradiquemos de nuestras vidas la normalización de la violencia.
Creo sinceramente que, si logramos sociedad y autoridades erradicar la violencia de nuestras vidas, cambiará diametralmente la interacción ciudadana en todos los campos de nuestra existencia.
Con una ciudadanía educada cuidadosamente en la cultura de los derechos humanos, además de tener mejores ciudadanos, México dejará de ser uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio de la profesión periodística.