Responsabilidad ante las nuevas tecnologías
Miguel Óscar Sabido Santana: Responsabilidad ante las nuevas tecnologías.
La evolución de los derechos humanos, según historiadores, parte del año 539 A.C., cuando se hizo el llamado “Cilindro de Ciro”, de Ciro el Grande, el primer rey de la Persia antigua y conquistador de Babilonia. En ese escrito de arcilla se emiten ordenamientos que se acercan a la dignidad humana.
En artículos anteriores vimos cómo evolucionaron los derechos humanos y describí muy brevemente sus tres generaciones. Hoy nos ocupamos de lo que los investigadores han dado en llamar la Cuarta Generación de los Derechos Humanos, o Tecnologías de la Información y la Comunicación, TICs.
El derecho a la información ha costado muchas vidas, como en su momento el derecho a la libertad. Con la aparición de la red de internet y las tecnologías que la acompañan, el acceso a la información ha dado un salto estratosférico.
Actualmente, con un simple teléfono celular llevamos toda una enciclopedia, el pensamiento positivo de millones de personas, con lo que accedemos a un universo de información y un canal de investigación inigualable para los estudiosos de buena fe. Algunos investigadores de las prerrogativas fundamentales le llaman a nuestra era la sociedad de la información.
No obstante, ese avance tecnológico abrió, de nueva cuenta, los canales del mal uso de las tecnologías, representando un serio peligro para la niñez y la adultez, que están amenazadas por gente de mala fe. Niñas y niños con su curiosidad innata investigan en esos canales, algunas veces, indebidamente. Es necesaria la supervisión de personas adultas, preferentemente de los padres, para no caer en malas manos.
Mucha tecnología ha cambiado la historia de la humanidad, entre ellas la dinamita inventada por Alfred Nobel, quien la patentó en 1867, con la esperanza de terminar con las guerras…
Otro invento letal que la historia no deja olvidar es la bomba atómica creada por Julius Robert Oppenheimer. Nadie relega la destrucción de Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945, que penden ominosamente sobre la humanidad.
De los acosos, sexuales o no, por internet, puede decirse que son muy comunes contra niñas o niños en las escuelas, que acaso se hagan por “diversión”, pero que pueden tener consecuencias nocivas, tanto para el o la bromista, como para la víctima.
Nuevos delitos abren el camino a fraudes por internet, incluso a agresiones que puede sufrir una persona, adulta o no.
Esa situación ha dado pie a la aparición de la Policía Cibernética que para el caso de nuestro Estado se contacta en el número 9999303250, extensión 41248; la dirección electrónica: policía.cibernetica@yucatán.gob.mx, o Facebook Unidad Cibernética Yucatán.
Bienvenidas las nuevas tecnologías, pero en manos responsables.