Infraestructura, allanar los caminos y salvar los obstáculos
Raúl Asís Monforte González: Infraestructura, allanar los caminos y salvar los obstáculos.
Existen en México factores que frenan el crecimiento económico y acentúan las brechas de desigualdad que se han vuelto ya una enfermedad crónica de nuestra sociedad. Esto nos convierte en un país plagado de disparidades que son difíciles de explicar cuando al mismo tiempo tenemos tantas oportunidades. Somos la decimoquinta economía global, pero estamos lejos de los primeros sitios en competitividad. Estamos insertos en la región que contiene al mayor mercado mundial y contamos con un acuerdo que facilita e integra el comercio en norteamérica, y sin embargo la mitad de los mexicanos se encuentra en condiciones de pobreza.
Para alcanzar un verdadero progreso generalizado y justo, que lleve prosperidad y bienestar a toda la población, es necesario, en primer lugar, garantizar tasas más altas de crecimiento económico, pero simultáneamente asegurar que este crecimiento sea sostenible y equitativo. Esto no podrá lograrse mientras ocupemos el lugar cincuenta y cuatro en competitividad global e infraestructura, tengamos costos logísticos sensiblemente más elevados y un ingreso per cápita sustancialmente menor que los Estados Unidos y Canadá, nuestros socios en el acuerdo comercial norteamericano, o que continúe a la baja la inversión pública que está fuertemente atada a la productividad.
Esos y otros muchos obstáculos deben ser salvados para allanar el camino por el cual transitemos a una nueva economía mexicana, que se caratcerice por estar más diversificada, balanceada, con equilibrios sociales, sectoriales y regionales, mucho más competitiva y productiva, que favorezca las inversiones con las cuales se reduzcan las brechas y los rezagos, y así se alcancen mejores condiciones de vida para todos los mexicanos.
Entre los principales desafíos que deben superarse, se encuentra la infraestructura logística. A pesar de que la conectividad carretera es moderadamente buena, aún es muy deficiente en vías férreas y la articulación entre los diferentes modos de transporte sigue siendo altamente ineficiente para conectar e insertarse a las grandes cadenas de suministro globales por medio de los puertos y el transporte marítimo.
En temas de energía, hay un potencial gigantesco para las energías renovables y limpias que no está siendo aprovechado, se requiere con urgencia modernizar y ampliar las redes de transmisión y distribución, y se precisa poner la mirada en los avanzados sistemas de almacenamiento en baterías que ayudan a dar estabilidad, seguridad y calidad a la red eléctrica. Aunque debe hacerse un plan de transición y abandono gradual de los combustibles fósiles, mientras esto ocurre, sigue haciendo falta una red de almacenamiento y distribución de hidrocarburos que reduzca la vulnerabilidad a la que estamos sujetos hoy en este rubro.
Existe una sobreexplotación del agua, agravada por la severa sequía que amenaza gran parte del territorio nacional, pero también por un creciente déficit de inversión en infraestructura de captación, sanitización, distribución y posterior tratamiento antes de devolverla al ecosistema. Los sistemas de gestión integral del agua están enfermos de obsolescencia en casi todo México. Una mejor planeación y análisis costo-beneficio de los proyectos de infraestructura, con mayor transparencia e integridad en los procesos de contratación, otorgando la más alta prioridad a la participación privada, y dando valor a la vocación regional, son algunos de los principios con los que será posible allanar los caminos hacia la prosperidad.