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¿Conoces la poesía?, esa bien dominada por Juana Inés desde sus sonetos. A nuestra mente llegan las palabras: verso, rima, sílabas, incluso el de figuras literarias. La poesía es uno de los tres géneros literarios, tales como la narrativa y el teatro. Muchas son las tintas que han perseguido sus características, entre ellas: Mario Benedetti, Ida Vitale, Francisco de Quevedo, Gabriela Mistral, Rubén Darío, Rosario Castellanos, entre otras.

Hoy, resonará en estas líneas el nombre de un personaje que dio luz a este género que llega a nuestros días, que musicalizó el lenguaje y que gracias a ello surgió el mensaje poético, nos referimos a Safo de Mitiline, nacida en el siglo VI A.C. Oradora nata, aguda en el pensar, certera en el decir, recia en la palabra cuando había la necesidad de verbalizar las inequidades, y en su contexto habían muchas. Entre ellas el histórico androcentrismo que limitaba el desenvolvimiento de las mujeres en la vida social, cultural y política griega.

Safo se cuestionaba en voz alta el ejercicio del poder, la segregación a lo femenino, la asignación de los espacios y roles colectivos. Esto generó la incomodidad de aristócratas griegos que ven en este libertinaje discursivo un peligro para las normas de la sociedad masculinizada. Safo es excluida a la isla de Lesbos, un espacio alejado y de poco interés para la vida intelectual y artística de la época.

Sin duda, fue un golpe de frustración, pero la musa de Lesbos retomó su dinámica. Sin duda, lo excluido genera interés en la comunidad griega y este se evidenció en el aumento de la gente que viajaba a la isla para escuchar a la voz de quien incomodó a la élite. Siguió narrando un discurso estético, ofrecido al culto de Afrodita en el que aborda el intelecto y la belleza, hitos femeninos como la pubertad y el matrimonio.

En una de sus disertaciones, Safo de Lesbos vislumbró a un joven que la escuchaba, sostenía una lira, le pidió que tocara una melodía para que adaptara su discurso al ritmo que el joven deseara, ante la incredulidad de los espectadores Safo buscaba crear una armonía entre las palabras, el sonido y la idea, quizá sin saberlo, estableció un género que perduraría hasta nuestros días; en ese instante de la historia surgió la musicalización del lenguaje, o “Lírica”, en honor al instrumento de aquel joven.

Siglos después los versos son homenaje a una mujer que rompió los modelos de pasividad de su tiempo, enfrentó con la palabra a un sistema que la sentenció al olvido, pero que su inteligencia y talento fueron armas contra aquel tirano sistema, con ello se formó un amplio culto a la diosa de la belleza. Safo la de Lesbos, la primer poeta, a quién el mismísimo Platón nombró como “la décima Musa”, creó una ola de intereses en seguir su filosofía y estilo. Cada canto, cada línea destinada a los amores o a los odios humanos será eco de la existencia de la poeta de Lesbos.

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