Leer es resistir, contar coexistir: Benito Taibo

Raúl Lara Quevedo: Leer es resistir, contar coexistir: Benito Taibo.

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Hay libros que enamoran y marcan, otros que se convierten en extensiones de uno mismo. Hay algo de mágico en leer y encontrarte en las palabras de otros, es apabullante reconocer la delgada brecha entre la ficción y la realidad.

Eso ocurre al leer “Persona Normal”, de Benito Taibo, un texto que nos recuerda que, en la vida el viaje es lo importante y no el destino. Con aguda astucia el libro nos regala ecos de las lecturas previas del autor, deambula por los recuerdos de citas, pasajes y frases literarias que seguramente Benito devoró incesantemente a lo largo de toda una vida.

Este viaje es una radiografía por la mente y las memorias de un lector voraz. La trampa del libro es que es fácil enamorarse de él, es imposible no mirarse en los actos y palabras de los personajes. Taibo crea una bella mancuerna entre un niño recién huérfano que se resiste al presente y todo lo que traiga el mundo para él. Odio, soledad y tristeza son algunos de los sentimientos que trae en la maleta Sebastián al mirarse en una situación desoladora. Del otro lado está Paco, lector voraz y tío del niño, quien será el responsable del sobrino.

Este adulto tiene una mentalidad curiosa, se apasiona de lo leído, vive las historias de sus libros y los usa para coexistir. Paco ve en cada libro leído una ruta para acercarse a su dolido sobrino. Con el paso del tiempo y narraciones, Sebastián va adaptando la historia que le ha tocado vivir, transformando su duelo en una expectativa positiva y constante a raíz de las historias o ejemplos que el tío “juglar” contará. Es imposible no encariñarse con la manera en que Paco se preocupa por su sobrino, a la par de criarlo, amarlo y procesar su propio duelo. La lectura y la compañía son ejes potentes de la trama, tanto es así que por momentos sientes que eres parte de la misma o incluso piensas que la has vivido.

El tiempo en el libro es casi invisible hasta que notas que Sebastián creció, se convirtió en un adolescente, tomó su primer trago, se enamoró, se encontró en las palabras de otro. Paco, a pesar de los años sigue siendo Paco, sigue siendo el eterno narrador del mundo para su sobrino. Cada página y aventura es un infinito paseo por mares, libros e intertextos. Creo firmemente que Benito tejió cautelosamente esta historia, con ternura bordó cada palabra y la acomodó en el lugar indicado de la emoción.

Leí este libro en un autobús a la ciudad de Campeche, fue imposible no ofrecer una risa espontánea, un suspiro o lágrima larga a mi compañero pasajero. En un momento me miró, y me preguntó qué sí estaba bueno el libro. Leí la última hoja, cerré el libro, me quedé en silencio mientras veía pasar la hierba alta de la carretera. Reflexioné: “Persona Normal”, no se lee, se vive y se comparte, así lo hice, le regalé mi libro al vecino pasajero.

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