Activar la lectura para narrar la paz
Raúl Lara Quevedo: Activar la lectura para narrar la paz.
El pasado viernes, en el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán, se llevó a cabo el 1er Encuentro de Activación y Fomento a la Lectura para Prevenir la Violencia: “Leer con los cinco sentidos”; fueron 392 investigadores, docentes, mediadores de lectura y amigos que se dieron cita para reafirmar que, ante este panorama hostil, la palabra nos une. El viaje dio inicio con la participación de la Mtra. Anel Pérez, de la UNAM, que abordó el desarrollo de la lectura infantil en México a lo largo de la historia. Siguió un conversatorio enfocado en cómo usar la lectura para detonar estrategia de inclusión social: Delmy Loría, Lourdes Cabrera, María Jesús Ocaña, Arline Bojórquez y María Elisa Chavarrera nos regalaron modelos, estrategias y palabras de impulso para quienes buscamos narrar mejores días. Lorena Rosales de IBBY México y madres lectoras de Kanasín, llegaron para mostrarnos cómo las palabras negativas se convierten en mariposa, Beatriz Espinosa, con una imponente conferencia didáctica nos mostró que la ternura siempre será un camino para la educación.
Llegaron los talleres, la maestría de Cabaro para enseñarnos a abrazarnos con las palabras, Nalley Barrera que, desde la intervención a la violencia nos mostró herramientas de abordaje en la mediación lectora, Celia Escalante con ese dinamismo y amor por resaltar la importancia de la salud mental, y Karla Martínez, que con versos diversos nos muestra que el mundo no solo se vive, sino que se lee y escribe.
Otro conversatorio que enamoró, fue nuestra penúltima actividad, mesa de psicología y fomento a la lectura, Frederick Santana, Ángela Uranga, y Andrea Alonso, de la mano de Eloísa Alcocer construyeron una poderosa motivación, el arte de mirar, leer e interesarse en el otro, potente actividad que nos dejó emocionados. El gran cierre, el de Margarita Robleda, siempre acompañada de la poderosa Verónica Estudillo. Margarita con ese don que la caracteriza, el de amar lo que hace y contagiar, levantó el ánimo. Ese día me dio una lección: “Mañana será mejor, porque lo decido hoy”, nos hizo reír, bailar y abrazarnos.
Fue una jornada extensa, pero necesaria y útil. Las y los asistentes se llevaron otra manera de ver el mundo, uno desde el estar bien para poder compartirlo, uno en dónde la letra sin sangre entra, en dónde la prioridad será el lector y no los libros. Me emociona que tuvimos presencia de escuelas preparatorias y normalistas, entre ellas, la Escuela Preparatoria Estatal Número 6, quien cuenta con una incansable Quijota de la Mancha, Leslie Ávila Duarte, maestra, colega, amiga y madre literaria de un servidor. Fue imposible no escuchar los cuchicheos de la gente, “Qué buen programa”, “eso me conmueve”, “hay que replicarlo en la escuela”, sin duda, este primer encuentro buscó ser útil a los demás. Acaba de nacer en red, un nuevo espacio anual enfocado en la procuración de la paz desde la lectura, uno hecho desde la palabra hermanada y compartida