El poder del sí
Sergio F. Esquivel: El poder del sí.
A lo largo de la vida, nos enfrentamos constantemente a decisiones. Algunas pequeñas, otras monumentales. A menudo, nos encontramos en la encrucijada de aceptar o rechazar las oportunidades que se nos presentan. En este contexto, he aprendido el inmenso poder que tiene la palabra “sí”. Decir sí, más que una simple afirmación, es abrirse al mundo, a lo inesperado, a lo que puede cambiar nuestra trayectoria de maneras que no siempre anticipamos.
El “sí” abre puertas que de otro modo permanecerían cerradas. Cuando le decimos sí a una nueva oportunidad, no sólo aceptamos los retos que vienen con ella, sino también las posibilidades que trae consigo. Aceptar lo que la vida nos ofrece implica riesgos, sí, pero también es un acto de fe. Nos invita a descubrir caminos que nunca habríamos imaginado, a experimentar cosas que quizá no buscábamos pero que terminan enriqueciéndonos de formas profundas.
Recuerdo momentos en los que, por miedo o inseguridad, dejé ir oportunidades que hoy con la ventaja que da el tiempo y su perspectiva, puedo entender que fueron enormes desperdicios. Con más frecuencia de la que me gustaría admitir he caído en pensamientos traicioneros como: ¿y si no soy lo suficientemente bueno?, ¿y si fracaso? Pero lo que he aprendido es que la curiosidad de lo que hay al otro lado del “sí” siempre vale la pena. No se trata de aceptar ciegamente cualquier cosa que se nos ponga enfrente, sino de estar dispuestos a explorar las bondades que cada oportunidad puede ofrecer. Incluso asumiendo que en efecto, podemos cometer errores y salir con un moretón en la frente y una cicatriz que cargaremos por siempre. El riesgo existe, pero creo que lo vale.
Está claro entonces que decir sí implica asumir riesgos. Nos expone a lo desconocido y, en algunos casos, nos empuja más allá de nuestra zona de confort. Pero es precisamente en esa incomodidad donde ocurre el crecimiento. Donde aprendemos de nuestras caídas, de nuestros errores, y donde descubrimos nuestras verdaderas capacidades. Ahí está el premio.
Las oportunidades no siempre vienen envueltas en lo que esperamos. A veces llegan de forma sorpresiva, casi disfrazadas, esperando que tengamos el coraje de decirles que sí para revelar su verdadera naturaleza. Mantenernos curiosos, abiertos, es el primer paso para descubrir lo que la vida nos ofrece.
Al final, he llegado a creer que la vida se expande o se contrae en función de las oportunidades que aceptamos o rechazamos. El poder de decir sí está en la disposición a recibir lo que venga, con la certeza de que, aunque no siempre sea fácil, será transformador.
Te dejo una idea que espero resuene en ti por mucho tiempo; La fortuna solamente le sonríe a los que dicen: Sí.