En noviembre celebramos la Revolución Mexicana que dio inicio a una nueva etapa de desarrollo social en nuestro país con la Constitución de 1917, cuyas reformas tuvieron un impacto, no sólo en el territorio mexicano, sino en toda América Latina.

Sin embargo, cuando hablamos de la Revolución, los nombres que vienen a nuestra memoria son Francisco I. Madero, Francisco Villa y Emiliano Zapata. Pero, en este capítulo de la historia, como suele pasar, hay otros actores —como las mujeres— que pasan desapercibidos o desvinculados de los grandes acontecimientos. Tal es el caso de Felipe Carrillo Puerto, que si bien, su recuerdo sigue vivo en algunos yucatecos, por las reformas progresistas en favor de los campesinos mayas, de los derechos de las mujeres y de la educación realizadas en su corto mandato, su historia se cuenta, generalmente, desvinculada a la Revolución, siendo que no sólo participó de este movimiento, sino que es donde forja su carácter y sus principales ideas.

Es importante recordar que Felipe Carrillo Puerto, ya afiliado al movimiento revolucionario, fue promotor de la Constitución de 1857 entre los mayas esclavizados en las haciendas henequeneras. En 1911 se adhiere al maderismo, pero es detenido por un tiroteo en el que ultima a una persona en defensa propia y es encarcelado en la penitenciaría de Juárez en Mérida, donde traduce al maya la constitución de 1857 para que los indígenas conocieran sus derechos.

Liberado en 1913, por la sublevación carrancista, se exilia en Nuevo Orleans, después de haber trabajado un tiempo en la Revista de Yucatán de Carlos R. Menéndez, periódico que fue clausurado por el gobernador constitucionalista Eleuterio Ávila.

De regreso en México, en 1914, se unió a la lucha armada con el Ejército Liberador del Sur, comandado por Emiliano Zapata, de quien toma muchas de las ideas que pondría en práctica posteriormente en Yucatán. Se integró a la tercera Comisión Agraria de Cuautla, que tenía como objetivo hacer cumplir el Plan de Ayala, referente al reparto de tierras.

Un año después, retorna como parte del gabinete de Salvador Alvarado para colaborar en la Comisión Agraria, que repartió las tierras al campesinado. En ese periodo se organiza el Partido Socialista Obrero, que después sería el Partido Socialista del Sureste, y se crean las Ligas de Resistencia, estructura que le permitiría a este partido llegar al Gobierno de Yucatán.

En 1920 fue electo diputado federal y, al triunfar el Plan de Agua Prieta, llevado a cabo para derrocar a Carranza, Carrillo Puerto hace un llamado al Partido Socialista Obrero de Yucatán a reorganizarse y a cambiar de nombre a Partido Socialista del Sureste.

El 6 de noviembre de 1921, dos días antes de su cumpleaños 47, Felipe Carrillo Puerto es electo gobernador de Yucatán y el 1ero. de febrero de 1922 rindió protesta como tal, realizando su primer discurso en lengua maya. Sin duda, el movimiento socialista de Carrillo Puerto fue la culminación de la Revolución en Yucatán, cuya influencia abarcó todo el sureste mexicano y, en el marco del centenario de aquellas elecciones, es menester recordarlo, hoy, 8 de noviembre, a 149 años de su natalicio, y reconocerlo como un personaje de la Revolución Mexicana.