El Centro Estatal de Bellas Artes, una asignatura pendiente

Verónica García Rodríguez: El Centro Estatal de Bellas Artes, una asignatura pendiente.

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A menos de diez días del cierre de la administración se anuncia con bombo y platillo el convenio de creación del Centro Regional de Bellas Artes en Valladolid.

Quizá, nadie le informó al secretario de Educación que existe ya otro Centro Regional de Bellas Artes en Izamal; el cual también se inauguró con las mejores intenciones de acercar la educación artística a niños y jóvenes del oriente del Estado. Sin embargo, no se le dio la continuidad que requería ni la atención necesaria, convirtiéndose, no sólo en un elefante blanco, sino en un problema más que en un beneficio para la comunidad.

Aún peor, el propio Centro Estatal de Bellas Artes, tiene muchos pendientes por resolver, pues nadie ha querido ponerle el cascabel al gato, a pesar de ser una institución centenaria que ha dado a Yucatán generaciones de artistas y docentes en diferentes disciplinas artísticas. Nadie puede negar la calidad de la educación artística que se imparte en Bellas Artes. Sin embargo, sólo basta darse una vuelta por las instalaciones para ver el detrimento en las que se encuentran y no ha sido sólo por falta de presupuesto, sino por la mala administración del mismo, pues sus diferentes directores no han sabido hacerle justicia.

El CEBA es una institución única en su tipo en el país. Cuenta con ocho escuelas —las cuales, hasta 2021 tuvieron clave de centro de trabajo independiente—: música, artes visuales, danza mexicana y española, danza contemporánea, danza clásica, danza jazz, teatro y más recientemente, desde 2008, creación literaria. Todas ellas, a excepción de teatro, ofrecen carreras técnicas y educación no formal a través de talleres. Sólo la escuela de Danza contemporánea conserva su clave de CT.

El currículo de cada una de estas escuelas es complejo y amplio, requiere de procesos de evaluación y cada una de las disciplinas necesita de espacios especializados y mantenimiento continuo.

Lamentablemente, el CEBA pasa de una Dirección de la Segey a otra, según el antojo de la administración en turno, sin un análisis serio que la ubique en el subnivel educativo adecuado que le brinde a sus alumnos y docentes las garantías que se merecen. Es increíble que todavía se insista en verlo como un centro cultural y no cómo una gran institución de educación artística.

Todo esto se presta también a un grave problema laboral en el que existen docentes de hasta quince años de contrato y bases únicamente de diez horas. Sin mencionar que no existe un seguimiento de lo que sucede con las bases que dejan las jubilaciones, así como también los docentes están exentos de aspirar a algún crecimiento mediante examen o escalafón, como cualquier otro maestro de educación artística estatal, generando preocupación, descontento e incertidumbre.

Es de todos sabido que el personal del CEBA lleva muchos años levantando la voz sin ser escuchados. Ahí está como testigo mudo el centro regional de Bellas Artes de Izamal. Esperamos de todo corazón que el Centro Regional de Bellas Artes de Valladolid sea un motivador, el empuje para que el Centro Estatal de Bellas Artes sea dignificado de una vez y por todas.

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