Audiciones dominicales de la Yukalpetén en la Plaza Grande de Mérida, en 1942

Columna de Luis Pérez Sabido: Audiciones dominicales de la Yukalpetén en la Plaza Grande de Mérida, en 1942

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Ahora que nuestra octogenaria Orquesta Típica Yukalpetén, bajo la acertada dirección y arreglos del maestro Pedro Carlos Herrera, realiza exitosas temporadas en la sala de conciertos del Palacio de la Música, auspiciadas por la Secretaría de la Cultura y las Artes, con una audiencia cada vez mayor, que a veces rebasa la capacidad del recinto, quiero referirles cómo eran las primeras audiciones matutinas domingueras de la Yukalpetén en la Plaza de la Independencia de nuestra blanca Mérida, en 1942.

La que hoy narro tuvo lugar el domingo 26 de julio, a las 10 de la mañana, a tres meses de haber debutado ahí mismo nuestra querida orquesta, el 12 de abril de 1942, con dirección de su fundador Daniel Ayala Pérez. Entonces la anunciaban como Típica Yucateca Yukalpetén y dependía del Departamento de Seguridad del Gobierno del Estado, cuyo titular, don Abelardo Alcocer Osorno, fue el entusiasta promotor de su fundación.

El gobernador Ernesto Novelo Torres y don Abelardo, creadores de la Yukalpetén, eran dirigentes del sindicato de telegrafistas de Yucatán en 1926, cuando presenciaron la actuación de la Orquesta Típica Mexicana, de Miguel Lerdo de Tejada, en el Teatro Peón Contreras, con motivo de la toma de posesión del entonces gobernador Álvaro Torre Díaz. En aquella histórica ocasión la orquesta visitante tocó como deferencia a sus anfitriones, en el octavo número de su programa, la danza “Peregrina”, que le valió a su autor Ricardo Palmerín subir dos veces al escenario a recibir “la estruendosa” ovación del público.

Allí nació la idea de tener una orquesta propia que interpretara música yucateca. El programa de la Plaza Grande al que me refiero hoy, dio inicio con dos temas de Palmerín, la danza “Peregrina”, con letra de Luis Rosado Vega; y el bambuco “Flores Aladas”, con letra de Ramón Sarlat Corrales; y continuó con el bolero “Quiéreme mujer”, de Arturo Alcocer Escamilla, con letra de José Antonio “Monís” Zorrilla Martínez; y la canción mexicana “Un viejo amor”, de Alfonso Esparza Oteo, que tuvo como solista al trovador barítono Julio Magaña Vega.

Enseguida se interpretó el bolero “No me olvides”, de Enrique Galaz Chacón, con las voces de los trovadores Demetrio Várguez Cetina y Carlos Pereira Contreras, y la evocación maya “Los Xtoles”, con arreglo del director Daniel Ayala y la voz de Santiago Manzanero. Seguidamente hubo un solo de marimba ejecutado por los hermanos Mario y Zoila Camacho Aguayo. Los siguientes números fueron el bolero “Quién fuera tú”, de Fernando Gómez Romero, y la clave “Ojos tristes”, de Guty Cárdenas, con letra de Alfredo Aguilar Alfaro.

Luego vino el bolero “Escultura de Virgen”, de M. J. Jiménez, el bambuco “Novia envidiada”, de Ricardo Palmerín, con letra de Roberto Sarlat Corrales y, como último número, el corrido “¡Ay, caramba!”, del chileno-mexicano Juan S. Garrido. El maestro de ceremonias fue el locutor Rafael Rivas Franco y la audición fue transmitida a control remoto por la radiodifusora XEFC. *Investigador Emérito de la UNAY.

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