Conocer la historia, un remedio contra el suicidio
En esta ocasión el invitado fue el sacerdote Javier Olivera Ravasi, autor del libro “La contrarrevolución cristera".
Para quienes tengan la tentación del suicidio, leer sobre la historia es un gran remedio porque evita a estar mirándonos siempre a nosotros mismos, se comentó ayer en el programa “Salvemos una Vida”, que se transmite los viernes a las 11:00 horas a través de Amor 100.1 FM de Grupo SIPSE.
La emisión radiofónica fue conducida por Jorge Barrera, quien tuvo como invitado al sacerdote argentino y abogado Javier Olivera Ravasi, autor del libro “La contrarrevolución cristera”, del que hizo referencia al abordar la “Guerra Cristera” por la que México atravesó en el siglo pasado.
“Estamos en Mérida invitados por un grupo de laicos para hablar de este episodio que tuvo México; en 2026 se cumplirán 100 años de este conflicto religioso entre la Iglesia y el Estado, en el que murió mucha gente de ambos lados”, comentó el invitado.
Agregó que “se intentó perseguir por medio de una ley, durante el periodo del presidente Plutarco Elías Calles, la práctica religiosa en México, en aquella época en que la mayoría de la población era católica; queremos contarle a los mexicanos qué es lo que faltó, ahora que están por cumplirse los 100 años de la Cristiada”.
Jorge Barrera declaró que el programa “Salvemos una Vida” tiene el objetivo de prevenir el suicidio entre la población. Al respecto, Javier Olivera dijo que la tentación de privarse de la vida, como cualquier otro pecado, sucede por falta de afecto o de sentido de la vida.
“Una de las cosas que hace la historia es intentar mostrarnos cómo en tiempos pasados otra gente pasó por algo parecido o peor; si se situaran en tiempos de la Cristiada verían que hay muchos mártires que tuvieron que padecer la muerte por defender su fe o a algunos católicos que luchaban a favor de la libertad religiosa; en ese episodio, hubo mujeres violadas, monjas, jovencitas que fueron martirizadas, y otras que tuvieron el martirio de continuar viviendo esos sucesos dolorosos”, dijo Olivera Ravasi.
En un momento del programa, Jorge Barrera recordó que los números telefónicos de “Salvemos una Vida” son el 945 37 77 y el 075 para atender a la sociedad las 24 horas los 365 días del año.
Al seguir comentando el suceso histórico por el que atravesó el país en los años 20 del siglo pasado, Javier Olivera manifestó que la Cristiada puede servir al pueblo mexicano para ver cómo otros hombres y mujeres pasaron por cosas muy terribles, “mucho más grandes que las nuestras”, dijo, pero que supieron hacer que ese dolor fuera redentor, es decir, que sirviera para algo.
Valor “medicinal”
“Para aquellos que tengan la tentación del suicidio, es un gran remedio leer historia, porque evita estar mirándonos siempre a nosotros mismos; la persona que está muy dolida y encerrada a causa de un gran dolor necesita salir de sí misma, ya sea haciendo obras de caridad o conociendo algo distinto de su propia vida, y el valor medicinal de la lectura o el estudio de la historia ayuda muchísimo a las almas para evitar caer en el propio ego”, afirmó el sacerdote.
Precisó que “la Cristiada ocurrió en México entre 1926 y 1929 porque el Gobierno mexicano intentó aplicar la Constitución de 1917 por medio de la llamada ‘Ley Calles’ para regular la vida religiosa en el país, que era mayoritariamente católica; esto implicaba que los sacerdotes y las monjas no se podían vestir como tales, con los hábitos; tampoco se permitió que hubiera sacerdotes extranjeros en México; se impedía el matrimonio católico y sólo se permitía el civil”.
Además, “se impedía la educación religiosa en los colegios, por eso los católicos intentaron levantarse contra esas disposiciones por medio de amparos y firmas; se suspendieron las misas y los sacramentos durante tres años en México”.
Agregó que al no tener respuesta positiva a las peticiones para dejar sin efecto la legislación que conculcaba los derechos de los católicos, inició una defensa violenta por la libertad religiosa.
“Así inicia el periodo de la Cristiada o contrarrevolución cristera, que no es una revolución contraria, sino hacer justamente lo contrario a lo que la revolución hacía, en este caso, la de (Plutarco Elías) Calles”, precisó.
“Fueron tres años de guerra civil que terminan con unos ‘arreglos’ entre la Iglesia y el Estado; este último pidió a los cristeros que depusieran las armas a cambio de una amnistía, los católicos entregaron las armas, pero poco tiempo después el Gobierno continuó persiguiéndolos, incluso asesinándolos y encerrándolos en la entonces prisión de Islas Marías”, acotó el sacerdote Olivera Ravasi.