MÉRIDA, Yucatán.- Manejar precios por debajo o muy por arriba de los costos normales o establecidos es una actividad que impacta negativamente al mercado local, causando compras de pánico y el incremento de precios sin medida, pero además crea la incertidumbre de que los productos sean de dudosa procedencia o de mala calidad, consideró la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Mérida (Canacome).

Como informamos, negocios de la capital yucateca, como las gasolineras, se están aprovechando de la crisis sanitaria por el Covid-19 para bajar precios, lo que crea suspicacia entre los consumidores de que no sean productos de buena calidad o de procedencia ilícita.

El presidente de la Canacome, Michel Salum Francis, llamó a la propia ciudadanía a denunciar a los comercios y servicios en general que violen los precios o que sean sospechosos de vender productos de pésima calidad.

Apuntó que jugar con los precios en perjuicio del consumidor y a favor de los comercios es una acción que no se debería hacer, y llamó a las empresas a abstenerse de estas malas prácticas, en detrimento del sector empresarial yucateco.

“Es algo que se ha platicado muchas veces con los comerciantes, no podemos permitir que se aprovechen de una situación de emergencia para poner sobreprecio a los productos”, apuntó.

Salum Francis, llamó a los consumidores a denunciar ante la Profeco estas malas prácticas de algunos comerciantes, para que sean las autoridades las encargadas de investigar y sancionar en que esos productos que se venden por debajo del precio del mercado, no sean de dudosa procedencia.

Insistió en que este tipo de acciones también impacta el mercado puesto que en conjunto con las compras de pánico, lo único que provocan es que los precios de los productos incrementen su precio.

Añadió que esto es precisamente lo que la población debe evitar, para que no falten alimentos y productos de higiene personal para toda la población, y no se realicen actos de acaparamiento de productos en general.

El dirigente empresarial apuntó que las acciones de la sociedad deben ser pensadas en el bienestar general de la población y no en acaparar productos que quizá en un momento dado no funcione para afrontar la contingencia.