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El español Ponce se llevó las palmas del público aunque no consiguió ningún premio en sus toros. (Daniel Sandoval/Novedades Yucatán)
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Martiniano Alcocer/Mérida

La oreja fue para El Payo, la ovación para Ponce y la emoción corrió a cargo de André Lagravere y su primer enemigo, el de la alternativa, otorgada por el diestro hispano, este domingo por la tarde, ante media entrada en la Mérida.

Tarde que amenazaba lluvia, pero que finalmente se volvió leve chubasco cuando André pasaba las de Caín para descabellar al último de la tarde y la gente abandonaba el tendido.

Toros de Fernando de la Mora mansos, débiles y poco aptos para el lucimiento y -excepto el primero, zaino, enrazado, con malas ideas y que acechaba el novel toricantano- justos de trapío, sobre todo los corridos en quinto y sexto lugar.

Tarde inaugural de la temporada 2019-2020, en la que Lagravere vistió de palo de rosa y plata y Octavio García y Enrique Ponce ambos de tabaco y oro.

 

Tarde en la que toros y banderillas se caían al leve soplo de la brisa otoñal y en la que el yucateco pudo recetar algunos buenos derechazos a Altivo, que así se llamó el burel de su doctorado y que durante toda la faena calamocheaba y acechaba al más joven de la dinastía Lagravere Peniche.

Mucho mérito tuvo André, que no se rajó ante el difícil enemigo que -como es la tradición- le cedió su padrino de aternativa, el diestro de Chiva, con Octavio García como testigo. Sin embargo, tras fallar repetidas veces con el estoque, tomar la espada corta e intentar el descabello, recurrir de nuevo al estoque y finalmente volver a intentar el descabello hasta que a punto de sonar el tercer aviso, acertó.

 

Nada se le puede reprochar a Lagravere que, sin embargo, dejó ver su novatez tanto en éste como en su segundo enemigo que tardó en caer y en un tris estuvo, igual que el primero, de irse vivo a los corrales.

 

El Payo realizó una faena breve y con pasajes de buena lidia a su primero -Caballero, de 470 kilos-, y tras un pinchazo, le recetó estocada de efectos fulminantes y que le valió la única oreja de la tarde, otorgada por el juez Ulises Zapata cuando ya los mulilleros estaban a punto de trasponer la puerta de cuadrillas para sacar los despojos del toro. Le brindó a Pedro Haces, lider de la Catem, central obrera morenista que ayer le dio la bienvenida a sus filas a la Alianza de Camioneros.

 

Ponce mostró destellos de su arte con su primero, al que porfiando y con la maestría de la que es poseedor, le dio derechazos de gran lucimiento y arrancó los más fuertes aplausos de la tarde.

 

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