Hijo de psiquiatra asesinado identifica a coacusado

Al iniciar el juicio oral por el crimen cometido contra Felipe T. P., el hijo de éste reconoció a un sospechoso como 'amigo' de su padre.

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Tras el homicidio cometido en 2014 contra el psiquiatra Felipe T. P. por parte de, al parecer, dos colegas suyos que posteriormente fueron enviados a prisión preventiva, este miércoles dio inicio la audiencia de juicio oral correspondiente al caso. (Foto cortesía del Gobierno estatal)
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Luis Fuente/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- En los alegatos de apertura del juicio en contra de los dos psiquiatras acusados de asesinar al también psiquiatra Felipe T. P., en agosto de 2014, los fiscales acusaron a la defensa de usar estrategias dramáticas y emotivas para alejarse de la verdad de los hechos; mientras que los abogados de los acusados señalaron que las pruebas obtenidas por la Fiscalía son producto de irregularidades y violaciones de derechos humanos, además de que no son suficientes para acreditar la responsabilidad de sus clientes.

Uno de los hechos más relevantes de la jornada fueron las declaraciones del hijo de la víctima, quien dijo conocer a uno de los coacusados, lo cual se detalla más adelante en esta nota.

El coadyuvante de los fiscales y asesor legal los denunciantes solicitó que se aplique la condena máxima en el estado, que es de 40 años de prisión, y se condene a los acusados el pago de 68 millones 400 mil pesos por reparación del daño.

Este miércoles inició el juicio oral en contra de los psiquiatras Pablo G. G. y Enrique L. G. acusados de participar en el homicidio de su colega Felipe T. P., hechos ocurridos en las primeras horas del 16 de agosto de 2014 en el domicilio que el segundo imputado rentaba en la calle 25 por 22 de la colonia García Ginerés.

El caso está a cargo del Tribunal Segundo de juicio Oral del Poder Judicial del Estado conformado por la presidenta para esta ocasión, Verónica de Jesús Burgos Pérez, la juez relatora, María del Socorro Tamayo Aranda y el juez tercer integrante, Sergio Javier Marfil Gómez. Como juez suplente está Antonio Bonilla Castañeda y se estima que el juicio durará unos 60 días,

Para este caso la Fiscalía General del Estado designó a seis fiscales, quienes en sus alegatos de apertura señalaron que cuentan con todos de los datos de prueba para responsabilizar, más allá de toda duda razonable, de los dos acusados en el asesinato de Felipe T.

Indicaron que estas personas idearon un plan en el que se dividieron las tareas para llevar a cabo el crimen entre las últimas horas del 15 y las primeras del 16 de agosto de 2014, en el que actuaron con alevosía y ventaja, pues le pusieron una trampa para llevarlo hasta el lugar de los hechos, así como la traición porque la víctima era su amigo.

Los fiscales señalaron que los acusados usaron un cuchillo y una picoleta para asesinar a la víctima, luego desmembraron el cuerpo para poner las partes en dos cajas que abandonaron dentro del vehículo del ahora occiso que dejaron en el estacionamiento de una tienda de autoservicio a la entrada de ciudad Caucel.

Los fiscales acusaron a la defensa de utilizar estrategias dramáticas y emocionales para distraer a los juzgadores de la verdad de los hechos, así como solicitarán objeciones, apelaciones y otros recursos para dilatar el juicio.

Cateo 'ilegal'

Por su parte, la defensa de Pablo G. G. señaló que la acusación de la Fiscalía en contra de su cliente se basa en irregularidades y violaciones a los derechos humanos, pues el cateo otorgado por un juzgado de Control sobre estos hechos fue para el predio sin número de la calle 25 por 22 de la colonia García Ginerés, que resulta es propiedad de Lía Herrera Albertos, pero la Fiscalía revisó ilícitamente la casa marcada con el número 202-F, que en ese momento era rentado por su cliente.

Por ello, continuó, los supuestos datos de prueba que se obtuvieron en ese lugar son ilegales y no deben ser tomados en cuenta por el Tribunal de Juicio Oral.

No estaba donde dicen

A su vez, Luisa Patricia Castro González, defensora de Enrique L., señaló en sus alegatos que su cliente no tiene el don de la ubicuidad, pues la Fiscalía dice que su cliente participó en el asesinato de Felipe T., cuando en realidad el 16 de agosto de 2014 estaba trabajando en el Crit de Cozumel.

Añadió que se demostrará con testimoniales las actividades que su cliente hizo desde la noche del 15 hasta el 17 de agosto de 2014, desde los preparativos de su viaje a Cozumel, su regreso, así como la reunión que tuvo con familiares y amigos, tras su retorno a la capital yucateca.Los acusados se reservaron el derecho de declarar.

Declaró el hijo de la víctima

El primer testigo ofrecido por los fiscales fue Felipe T. N., de 19 años de edad, hijo de la víctima, quien a preguntas de la parte acusadora respondió que su padre era buena persona, era apreciado por sus amigos y hasta sus pacientes.

Indicó que conoce al acusado Enrique L., porque éste era amigo de su padre y en ocasiones coincidían en reuniones. Del otro acusado dijo no conocerlo.

Siempre a preguntas de los fiscales, el joven indicó que la última ocasión que vio a su padre fue a las 19:40 horas del 15 de agosto de 2014, porque lo llevó a comprar a una papelería de uno de sus pacientes, material escolar pues el lunes siguiente ingresaría a un colegio a estudiar bachillerato.

Mencionó que en el lapso que estuvieron en la papelería, su padre recibió tres llamadas y cuando abordaron la camioneta Rouge le preguntó si irían a cenar, a lo que su progenitor contestó que no, porque iría a una reunión con Enrique y Pablo en el hotel Hyatt.

A pesar de que la defensa objetó la pregunta de la fiscalía sobre a quiénes se refería con los nombres de Enrique y Pablo, por considerarla inductiva, el Tribunal Segundo de Juicio Oral permitió que el testigo la contestara, a lo que respondió que supone que su progenitor hablaba de Enrique L. porque no le conocía otro amigo con ese nombre.

Posteriormente, los fiscales pidieron que el testigo viera materialmente la camioneta de su padre –que esta resguardada por la FGE- ayer junto con los dos vehículos de los acusados fueron llevados al estacionamiento del Centro de Justicia Oral de Mérida.

Esta solicitud fue objetada por la defensa de los acusados, quienes argumentaron que con mostrar fotografías era suficiente para identificar el vehículo, pero 
de nueva cuenta el Tribunal accedió a la petición de los fiscales.

Posición sospechosa

En la diligencia, el joven identificó la camioneta como de su padre, e inducido por los fiscales señaló que la posición del asiento del conductor está en una posición que su padre nunca hubiera puesto.

Como parte de la testimonial ofrecida por la Fiscalía, el joven vio cuatro videos de cámaras de seguridad tres de ellas del centro de trabajo de T. P. y otra del hotel Hyatt –tomadas el 15 de agosto de 2014- en los que el testigo identificó a uno de los que aparecen en las imágenes como su padre, por la ropa, complexión y forma de caminar.

También reconoció diversos objetos, entre ellos el reloj y unas pulseras, como de su padre.

La testimonial se prolongó de las 10:30 de la mañana a las 16:00 horas, luego tocó el turno a Carlos Miguel Durán Canul, también ofrecido por los fiscales.

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