Luis Fuente/MÉRIDA

En días pasados, el empresario Wafé Kuri Torre abandonó el Cereso al causar ejecutoria un amparo a su favor que le ordenó al juez tercero de ejecución estatal para liberarlo anticipadamente porque cumplió los requisitos necesarios.

Y es que, a lo largo de su historia, el Centro de Reinserción Social del Estado ha tenido casos de homicidas que causaron revuelo entre la sociedad yucateca y que han quedado en libertad tras cumplir sus condenas.

El más célebre es el de Ricardo Cabrera Escalante (a) “El Buitre,”quien cumplió una pena corporal de 40 años por un doble asesinato ocurrido en una oficina de correos en Santiago, en 1975.

En relación a esto, Novedades Yucatán recuerda uno de los casos más releventes de asesinatos ocurridos en la entidad en las últimas décadas.

Ricardo Cabrera Escalante, quien por el tiempo que estuvo preso, es considerado el interno más antiguo de la época moderna de los penales en Yucatán.

El individuo, de origen veracruzano, fue procesado penalmente por los homicidios del encargado de una oficina de correos y de su madre, quienes vivían en la parte posterior del inmueble en el barrio de Santiago, en el centro de la ciudad.

En esa época en Yucatán la pena máxima de 25 años, al “Buitre” se le procesó con el Código Federal que consideraba una condena máxima de 40 años, la cual se le impuso.

Actualmente Yucatán tiene la pena máxima de 40 años, aunque ahora con la nueva ley de Ejecución de Sentencias Federal es más difícil cumplir la totalidad de la sanción corporal, ya que al cumplir el 70 por ciento y reparar el daño pueden recuperar su libertad anticipadamente.

Sus víctimas fueron Jorge Carlos Ortega Novelo y su madre María Novelo viuda de Ortega, quienes fungían como administradores de correos, que en ese entonces funcionaba en un predio del barrio de Santiago.

Cabrera Escalante cometió los delitos en complicidad con otros sujetos. Vaciaron la caja de valores, muebles y otros bienes del erario federal.

Polémica decisión 

Otro caso que impactó a la sociedad yucateca fue el asesinato del psiquiatra Felipe Triay Peniche, cuyo cuerpo fue destazado y puesto en cajas para ser abandonado en su camioneta en el estacionamiento de un super en Ciudad Caucel.

El 18 de enero de 2018, Enrique Lara González quedó libre de toda responsabilidad en el asesinato de Triay Peniche, pues el Colegiado de lo penal del Decimocuarto Circuito le concedió el amparo en contra la sentencia del 16 de diciembre de 2016, en la que en segunda instancia se revocó la absolución que le había concedido el Tribunal Segundo de Juicio Oral en agosto de ese mismo año.

Por unanimidad los magistrados concedieron la protección de la justicia federal lisa y llana a Lara González, de modo que revocaron la sentencia anterior.