Nalleli Calderón/Mérida
“La cultura no es un accesorio ni un instrumento baladí, tampoco es un derecho más, sino que es un derecho-herramienta, es decir, un vehículo poderoso para palear la desigualdad, construir la paz, impulsar el desarrollo y conservar el ambiente”, aseguró la subsecretaria de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura, Marina Núñez Bespalova.

Durante la conferencia magistral “Formación de audiencias y sustentabilidad cultural”, que impartió como parte del Primer Foro Arte, Cultura y Ciudadanía inaugurado ayer en el Gran Museo del Mundo Maya, la funcionaria federal aseguró que para lograr lo anterior, la cultura se debe ejercer con absoluta libertad, garantizando a su vez, los derechos de libertad de expresión, de no discriminación y de difusión que tiene toda persona.

Indicó que las audiencias son un elemento crucial en el ciclo de la cultura, en muchos casos, son en quienes se piensa desde la creación de una pieza artística y de las cuales depende la expansión, permanencia o el olvido, deciden las tendencias y son el termómetro a partir del cual se mide el éxito o fracaso de los proyectos.

Resaltó que la política cultural actual apuesta por la garantía de los derechos culturales de forma no discriminatoria, asegurando la libertad creativa, la diversidad y la inclusión, pues solo mediante una oferta cultural amplia y diversa, se garantiza los derechos de los creadores y de las audiencias.

“La formación de audiencias debe tener en cuenta uno de los fenómenos políticos, sociales y culturales, más importantes de la actualidad, la migración, pues éstas nos enriquecen. Nuevos consumidores generan nuevas manifestaciones culturales que traerán nuevas audiencias”, expresó.

Al hablar de la sostenibilidad en el plano cultural, destacó que implica la relación entre la cultura, el medio ambiente y la economía.

“Se debe pensar en la sostenibilidad cultural desde el ámbito de la política pública como un sistema que impulse sin explotar, desarrolle sin depredar y vincule sin imponer”, dijo.

Es importante pues, entender y atender las necesidades culturales locales es una herramienta clave para generar políticas culturales eficaces y eficientes.