Joel González/Mérida
Todo lo que se sube a la red ahí se queda y puede ser utilizado para hacer bien o mal, advirtió el Instituto Estatal de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (Inaip) de Yucatán, que invitó a reflexionar sobre el cuidado que se debe tener de los datos personales en el mundo cibernético y en la vida real, porque pueden caer en manos de muchas personas.

Aldrin Martín Briceño Conrado, comisionado de dicho órgano estatal, indicó que lo más importante para evitar problemas posteriores es hablar de este tema en familia, particularmente con los jóvenes y los niños.

A los padres que no tienen redes sociales, los instó a integrarse a estas plataformas para conocer con quién hablan y dónde proporcionan información sus hijos.

Explicó que los datos personales acompañan a las personas toda la vida: nombre, dirección, filiación política, ideas, gustos, preferencias y religión son parte de la individualidad y la ley los protege.

Este proceso de cuidado tomó fuerza a partir del desarrollo tecnológico, por lo que protegerlo es trabajo del Estado mexicano y de la propia ciudadanía.

“Siempre han valido los datos, pero hoy, en lo económico, alcanzan cantidades importantes, ya que las bases se venden en mercados negros; por eso se debe tener cuidado con la información que ponemos de manera voluntaria en el mundo digital, donde se intercambian nombre, dirección, número telefónico y correo electrónico por una aplicación o una garantía, cuando no tendrían que solicitar esta información”, indicó.

El funcionario precisó que se entregan los datos en clínicas, escuelas y gran cantidad de entes públicos que piden la credencial de elector, “por eso necesitamos un aviso de privacidad que nos diga qué harán con el contenido de esos documentos, por cuánto tiempo la resguardarán y a quién se puede reclamar el uso de estos derechos”.

“Los datos deben entregarse a quien tenga los mínimos recursos aptos para resguardar la información, por ese motivo hoy se postulan los avisos de privacidad”, apuntó.

Briceño Conrado expresó que es obvio que las empresas telefónicas que llaman a los ciudadanos es porque se comparten las bases de datos, y esto sucede porque en el contrato que se firma existe esa posibilidad, pero también el no aceptarlo.

No obstante, ese recuadro se pasa por alto por la emoción de adquirir el producto; sin embargo, se puede acudir en cualquier momento a las empresas y pedir que no se comparta la información.

También es preciso cuidar los datos contenidos en la correspondencia que se desecha, ya que la información puede configurar el perfil socioeconómico de la persona; la sugerencia es destruirlos de manera que no sea legible, antes de tirarlos a la basura.

El Inaip impulsa el resguardo de los datos personales por parte de los sujetos obligados, mismos que deben tener un aviso de privacidad; en 2018 realizaron siete investigaciones, tres siguen en curso por posibles faltas administrativas; en este año ya son siete las quejas y 12 los recursos de revisión.