Óscar Chan/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- La Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) descartó tener registro de que exista presencia de “manchones” de marea roja en la costa yucateca, a pesar de que algunos pescadores de San Felipe, Rio Lagartos y Las Coloradas reportaron avistamientos de peces flotando sobre el mar, por lo que podría tratarse de otra situación.

El titular de la Seduma, Eduardo Batllori Sampedro, explicó en entrevista que la temporada para la posible aparición de este fenómeno se da entre los meses de mayo y septiembre, aunque se podría dar el caso de “manchones” en otros meses.

Puntualizó que de acuerdo a los registros de los años pasados, las mareas rojas que más han afectado a la costa se han presentado entre agosto y septiembre.

“Hasta ahora no tenemos registro, pueden haber algunos manchones pero son los que se zafan de la gran zona de florecimientos biológicos y que no representan ningún problema mayor”, aseguró.

El funcionario estatal indicó que este fenómeno puede darse desde mayo, cuando de pronto y con florecimientos de algas se separan algunos manchones que van “caminando” por el mar, pero que no representan una afectación importante en el sistema.

Precauciones 

Rerifió que cuando la marea es muy grande y empieza a presentase una mortandad masiva de organismos, es muy recomendable que la gente no coma estos animales muertos, pues podrían enfermarse.

Recordó que existe un comité encargado de vigilar la marea roja en la costa yucateca, y que se formó en coordinación con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), que se encarga de realizar el monitoreo durante las temporadas.

“La Coferpris lleva un seguimiento a los restaurantes y Protección Civil se encarga de la recolecta y la remoción de los organismos en playa y en todo caso, enterrarlos”, abundó.

Batllori Sampedro explicó que la aparición de la marea roja en el estado mantiene dos puntos de origen:

Uno que se vincula con la corriente del canal de Yucatán y que a partir de mayo se empiezan a acelerar las corrientes de fondo, que suben a la plataforma cargada de nutrientes con un agua más cálida y transparente que genera una explosión de vida y con ello una mezcla de algas.

Otra, continuó, se vincula con las lluvias, pues en el área de Dzilam de Bravo y el anillo de cenotes salen grandes cargas de nitrógenos y silicatos que se disuelven con la roca, con lo que los florecimientos de algas se mezclan con el mar.