Reciben cementerios a 30 mil personas (fotos)
Familias enteras realizaron retoques a sepulcros y lápidas, llevaron flores y limpiaron tumbas en los panteones de la ciudad.
Jesús Mejía/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- De sitios grises, lúgubres, abandonados a la intemperie, a su suerte y al olvido prácticamente todo el año, los 38 panteones de Mérida adquirieron este 1 y 2 del presente mes una imagen de renovado colorido y registraron gran actividad con la visita de cuando menos 30 mil personas.
Ríos humanos fluyeron este fin de semana a los principales panteones de la ciudad: Xoclán, General, Florido, Jardines de la Paz y el de Chuburná, así como en camposantos de las comisarías, que en total reúnen 67 mil bóvedas, criptas, mausoleos, tumbas y osarios.
En muchos sepulcros se observaron retoques, flores, lápidas e inscripciones limpias como expresión de culto, devoción, recuerdo y afecto hacia los seres queridos ya fallecidos; pero casi la mitad permanece en deterioro y olvido, con lápidas y letras rotas.
En ocasión de los días de Fieles Difuntos, los meridanos concurrieron principalmente al cementerio Xoclán, que dispone de 33 mil bóvedas y donde descansan la mayor parte de los fallecidos de recientes generaciones. Autoridades calcularon en cerca de 10 mil los visitantes.
En ese sitio, como en los demás, la Policía Municipal de Mérida y la Secretaría de Seguridad Pública dispusieron vigilancia especial para regular la circulación de vehículos y garantizar la integridad de los visitantes, en tanto que inspectores de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) impidieron abusos por la venta de flores.
El Cementerio General, el más antiguo de la ciudad con sus más de 25 mil tumbas, mausoleos, osarios y otros nichos, fue otro de los más visitados por los deudos, así como el Panteón Florido con sus cuatro mil 257 tumbas, el de Jardines de la Paz con sus dos mil 400 y el de Chuburná con 560.
Recuerdo y devoción
Escenas de devoción y culto a los muertos fueron frecuentes en estos días; además del mantenimiento y reparación de los sitios donde yacen los restos mortales, los familiares rezaron novenas y no pocos derramaron lágrimas por el sentimiento de pérdida.
Las tomas de agua fueron muy utilizadas por los visitantes para la limpieza de las lápidas, floreros y nichos. Tan sólo en el Panteón General, el Ayuntamiento dispuso de cinco pipas con capacidad total de 50 mil litros del preciado líquido para responder a la demanda.
Muchas de las tumbas, osarios y pequeños mausoleos recibieron tareas de mantenimiento y remozamiento como pintura, herrería, albañilería, limpieza y colocación de ramos de flores, como expresión de la devoción de los meridanos a los muertos.