Maestro de alumnos sobresalientes, olvidado
A Rodolfo Adrián Pech Pool le ofrecieron una beca, pero sólo le dieron para sus camiones.
CHEMAX, Yuc.- Rodolfo Adrián Pech Pool, el instructor de los alumnos de La Esperanza que destacaron por sus resultados en la prueba Enlace 2007, vivió en carne propia el engaño de los funcionarios: no le dieron una beca que le ofrecieron.
La beca era el reconocimiento al trabajo que hizo con los alumnos de cuarto y quinto grados de esa comunidad; con el dinero, esperaba estudiar su carrera de maestro en Bacalar, pero no hubo cupo. Así que decidió cursar Turismo. Ahora trabaja en Cancún, Quintana Roo, como agente de ventas.
Los jóvenes que trabajan en Conafe como capacitadores, al concluir “su servicio” reciben de apoyo una beca para que cursen estudios superiores. A Rodolfo le daban cada mes mil 200 pesos. El Gobierno ofreció becarlo por su dedicación en la instrucción de esos menores, pero sólo le dio un apoyo de transporte de 800 pesos bimestrales… y a veces se atrasaba en la entrega.
Le dijeron que lo iban a becar toda la carrera, que incluso replicó una periodista de España, pero cuando llegó a Mérida para hacer efectivo el apoyo, “nadie sabía nada”. El entonces secretario estatal de Educación Raúl Godoy Montañez lo vio en eventos en los que las autoridades convivieron con los menores, pero éste nunca lo recibió o habló directamente con él.
Sobre lo alumnos sobresalientes que ahora están subempleados, el actual secretario de Educación, Víctor Caballero Durán, se comprometió a revisar el caso, para "analizar y determinar el apoyo educativo que pudieran proporcionar a cada uno, así como buscar que otras dependencias participen en el plan de rescate.
Este lunes publicamos que a casi 10 años de la evaluación que colocó a la escuela de esta comunidad como la mejor a nivel estatal y donde incluso estaba el mejor promedio en Español y Matemáticas, así como otros dos promedios, con resultados destacados, ello están olvidados.
Hoy, aunque estos jóvenes tienen en promedio 18 años, añoran haber podido cursar una carrera, pues pese a su talento demostrado todos se quedaron con estudios truncos, y ya están incorporados a la actividad económica.