Los jóvenes y la lectura
Cesia Rodríguez Medina: Los jóvenes y la lectura
La lectura puede tener diferentes significados para quien adquiere de ella lo suficiente convirtiéndola en algo trascendental para su vida, el acto de leer y apreciar diferentes tipos de texto nos acompaña desde nuestra infancia, en donde generalmente aceptamos este ejercicio como algo divertido que nos entretiene según lo que percibimos, las primeras lecturas que hacemos en su mayoría están enfocadas a mostrarnos de manera grácil la realidad originando un acercamiento que nos permite afianzar el gusto y el placer por la lectura.
En la adolescencia y la adultez el contacto con la lectura es más voluntario e íntimo, ya que elegimos qué, cómo y cuándo leer, sobre todo, porque en estas etapas podemos profundizar en la interpretación que hacemos de la literatura seleccionada, comenzamos a definir lo que nos interesa, de esta forma se lleva a cabo un proceso dialéctico, una manera de confrontar ideas y pensamientos.
En lo personal, considero que es en la juventud donde empezamos a ser conscientes de lo que leemos, discernimos más profundamente y analizamos lo que de cierta manera preferimos leer, es decir, deducimos, esto no siempre ocurre debido a que el ejercicio de la lectura no es sencillo si esperamos utilizarla como un recurso para el conocimiento, debido a que implica dedicación y constancia, pero también, como bien lo describió Jorge Luis Borges, la lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar nadie a ser feliz.
A todo esto, los beneficios de leer son indiscutibles, por este motivo quiero destacar que hace algunos días, en el marco de las actividades de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) 2022, mis estudiantes de bachillerato tuvieron la oportunidad de participar en el taller "Identificando los mitos del amor romántico a través de los libros", charla que se realizó de manera virtual.
En la apertura la expositora explicó qué se entiende por amor y cómo se ha expresado a través de la literatura, posteriormente invitó a los jóvenes a que identifiquen en una serie de libros clásicos y modernos lo que se ha reproducido respecto a cómo debe expresarse, pero, sobre todo, cómo nos lo han retratado, de estos ejemplos se destacan las historias de "La bella durmiente", "Romeo y Julieta", "La Bella y la Bestia", "50 Sombras de Grey" y "Crepúsculo", entre otras.
Sus respuestas fueron variadas, pero todos concluyeron que estos libros tienen una tendencia a repetir estereotipos de género y a fomentar los prejuicios sobre las relaciones interpersonales.
Al final, manifestaron que de no ser por estos espacios reflexivos, es posible que no hubieran percibido estas características.
El taller fue beneficioso para los jóvenes, pues sin duda, como mencioné al principio, esta edad puede ser la etapa principal para arraigar y fomentar el hábito de la lectura, además de que es propicia para generar nuevos conocimientos que se dan a través de escudriñar un texto como de la crítica reflexionada que hacemos sobre ellos, tal y como lo fue esta experiencia.