El amor, el amor…
Aída López: El amor, el amor…
No todas las historias de amor y las películas tienen la fortuna de permanecer vigentes por más de cinco décadas. La última de la trilogía, Los años más bellos de una vida (Les Plus Belles Années d´une vie, 2019) es la hermosa posibilidad de ver la secuela de un clásico del cine francés, cuya aventura inició en 1966, cuando se estrenó Un hombre y una mujer (Un homme et une femme). El director Claude Lelouch conquistó los Oscar por la mejor película de habla no inglesa y por el mejor argumento y guion escritos directamente para la pantalla. Anouk Aimée ganó el Globo de Oro a la mejor actriz de drama. El tema musical compuesto por Francis Lai e interpretado por el tándem Nicole Croisille y Pierre Barouh, se hizo ganador del Globo de Oro a la mejor canción original. Sin duda una película de factura cien por ciento francesa multipremiada.
De la coincidencia de Claude Lelouch, Jean-Louis Trintignant y Anouk Aimée en el festival de Cannes dos décadas después, nació la idea de hacer la secuela donde los protagonistas se reencontraran y revivieran su pasado. Aunque Carlos Gardel dice en su canción Volver “que veinte no es nada”, la segunda película Un hombre y una mujer 20 años después, da cuenta de que en dos décadas pasan demasiadas cosas y la vida de la madurez no es la misma de la juventud cuando los amantes se conocieron en la playa de Deauville.
La longevidad del director y los protagonistas lograron retomar la historia de amor de Anne y Jean-Louis en la vejez, cuando los recuerdos del corredor de autos se habían perdido en la pista de su memoria, ahora habitada por vagas sombras del amor que nunca se consolidó con la guionista, quizá por ser demasiado perfecto como dice Anne al principio de Los años más bellos de una vida. Una historia entrañable, musicalizada con la voz de Nicole Croisille haciendo dueto con el cantante franco-siciliano Calogero -tras el fallecimiento de Barouh-, interpretando el tema que da título al filme.
Lelouch privilegia los close ups, los primeros planos, los silencios y las miradasde donde emanan los sentimientos. Es un cine de diálogos, con las palabras construyen y reconstruyen la memoria, nos adentran a la psique de los protagonistas revelando su lado íntimo. A través de un plano secuencial interminable, el intrépido ex piloto Jean-Louis nos lleva de la Torre Eiffel al Arco del Triunfo y la Catedral de Notre Dame, en paralelo la trasposición de imágenes de los momentos importantes vividos van apareciendo para conectarnos al presente. A sus 90 años Aimée luce espectacular, a Trintignant se le nota cansado, lo que no menoscaba su magistral interpretación del inquilino de una casa de ancianos dispuesto a huir con la mujer que lo visita para revivir las aventuras de su juventud. El actor aún alcanzó el estreno en Cannes en 2019, ya que falleció en junio pasado, con lo cual concluye la historia de amor.