El rock rupestre de Rockdrigo González

El rock rupestre de Rockdrigo González, columnas de Rodrigo Ordoñez

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A finales de los años setenta, el rock mexicano comenzó a salir de los garages y colonias recónditas del Distrito Federal, en donde estaba relegado por las constantes redadas, prohibiciones y estigmatización institucional, como consecuencia de la férrea moral que impuso el marcado autoritarismo de los presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría durante sus mandatos. Así, gradualmente las bandas mexicanas se insertaron en los circuitos culturales y universitarios para alcanzar cada día un mayor público.

En un principio, los grupos de rock cantaban en inglés o tenían una marcada tendencia a los covers de canciones famosas de los norteamericanos, sin embargo, con la aparición de Alejandro Lora y el grupo Three Souls in my Mind (que según la leyenda dicen que se lo puso Parménides García Saldaña, iniciador de la literatura de la Onda con su novela Pasto Verde), se comenzó a componer y cantar en español de este lado de la frontera. Hasta los años 80, cuando se convirtió en lo que hoy conocemos con el TRI, desde su formación sus canciones eran directas, sin artificios ni ornamentos, que reflejaban parte de las inquietudes de la juventud, además que permitió asestar varias diatribas, envueltas de sarcasmo y leperadas contra el Gobierno, hasta que le dedicó una canción a Carlos Salinas de Gortari en los años 90, lo cual le valió un arrestó que hizo que Alex Lora le de un giro a la letra de sus canciones.

Pero cuando aún estaba el TRI conquistando los espacios del rock mexicano en los años ochenta, surgió un movimiento conocido como “rock rupestre” que tuvo varios representantes, siendo Rockdrigo González uno de los más reconocidos exponentes de esta vertiente. Proveniente de Tampico, sobrevivió cantando en el metro, en las paradas de autobuses y en las populares calles del entonces DF, cobrando poco a poco reconocimiento, porque sus letras tenían no sólo un marcado ingenio, humor e ironía caracterizados en un lenguaje coloquial que no le restaba el mérito poético, aunado a que demostraban un conocimiento cultural que le permitía hacer referencia a escritores y filósofos en sus canciones.

Para muestra, la letra de la canción“Los Intelectuales” que tiene líneas como: En un lejano lugar retacado de nopales, había unos tipos extraños llamados intelectuales..., los veías en los cafés llenos de libros profundos, y en eventos culturales... constantemente escribían poemas y cuentos cortos, y aunque no los comprendían se quedaban como absortos... no sabías si eran marcianos mexicanos o europeos ángeles, diablos o enanos, cardiacos o prometeos.

Las letras de sus canciones permitieron formar varias frases que convertirían a la Ciudad de México un mito urbano y callejero, dándole una ensoñación provista de referencias que serían retomadas más tarde por otros grupos musicales, como la frase“vieja ciudad de hierro”o la emblemática“Metro Balderas” que se volvió el himno de los años ochenta. Aunque estaba ya trazando su ruta para convertirse en un ícono de la música mexicana, el temblor del 19 de septiembre de 1985 que devastó la Ciudad de México, acabó con la vida de Rockdrigo, que murió aplastado en su habitación, sin que alcance a ver la fama que tendrían sus canciones y su visión del mundo.

 

 

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