'El buen chofer', el negocio que nació como un proyecto escolar

Con esfuerzo y calidad, los hermanos Briceño Durán han posicionado su empresa que ofrece el servicio de choferes.

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César Gabriel y Andrés Gabriel Briceño Durán comenzaron con el mínimo recurso económico para crear su empresa 'El buen chofer'. (Jorge Acosta/SIPSE)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- De un proyecto escolar, que en su momento sus amigos calificaban como una locura, algo inviable, nació la empresa de César Gabriel y Andrés Gabriel Briceño Durán El buen chofer, la cual no sólo ha crecido a paso firme durante los cuatro años de operación, sino que ha evolucionado y diversificado su labor, a pesar de las adversidades propias de abrirse paso en el mercado, creando sus propios modelos de negocio e innovando en servicio.

Bajo la máxima de que la calidad no es negociable, comenzaron con el mínimo recurso económico, pero con un gran capital creativo. 

Iniciaron con una propuesta de choferes para los jóvenes que les gusta divertirse los fines de semana y querían llegar con bien a sus casas, y hoy cuentan además con el servicio de transporte familiar, empresarial, renta de vehículos, renta de chofer, valet parking y soluciones de logística vial en estacionamientos para eventos masivos y sociales. 

César trabajó la idea desde su época de estudiante, actualmente es Licenciado en Contaduría Pública, y Andrés, hermano y socio, se graduará este año de la Licenciatura en Derecho, ambos de la Universidad Marista. Pertenecen a la Comisión de Jóvenes Empresarios de la Coparmex y han compartido con otros emprendedores su historia de lucha y crecimiento. 

¿Cómo nació El buen chofer?

César: La idea comenzó hace casi seis años, como parte de una materia de administración, durante la carrera, cuando nos pidieron crear un negocio ficticio; le llamé “Choferes de Yucatán”, y el objetivo era solucionar el problema de los jóvenes que les gustaba irse de fiesta y necesitaban que alguien los regresara a su casa y el servicio fuera seguro. 

Me preguntaba, ¿por qué no existe una empresa que le llames y te canalice un buen chofer? En ese entones pasé la materia, mis amigos se rieron de mí y ahí quedó. 

Luego, mientras atendíamos una empresa de químicos, le comenté a mi hermano Andrés sobre la idea de negocio, y nos juntamos para sacarlo adelante. 

Decididos y con la conciencia de que no venimos de una familia de dinero, sino de trabajo duro, sabíamos que teníamos que luchar, ya que no teníamos capital para empezar, sólo mucha creatividad. Con los servicios pagábamos los sueldos e invertíamos en la imagen de la empresa. 

¿Y cómo desarrollaron la idea para que se convirtiera en negocio?

César: Nuestra inversión inicial fue de mil 500 pesos cada quien, para pagar el registro de la marca El buen chofer; asegurado eso, lo que vino fue trabajo creativo, planeación y pensar bien el servicio que queríamos brindar. 

Nos tomamos seis meses para seleccionar al personal, queríamos a los mejores choferes. Como servicio, no necesitamos gran infraestructura, nuestra prioridad fue la imagen de los conductores, todos los corporativos, teléfonos y anunciamos la convocatoria; vinieron más de 200 personas, más de 600 llamadas y elegimos solo 15 para arrancar. Somos pioneros en este tipo de servicio, creamos nuestro modelo de negocios con base en ensayo y error.

Andrés: Esto bajo dos objetivos: la seguridad de los clientes con un servicio de calidad y generar empleos dignos. 

Tardamos siete meses en la planeación y aplicamos en un concurso de emprendedores de la Secretaría de la Juventud de Yucatán (Sejuve), pero no ganamos, y además un mes antes de nuestro lanzamiento una empresa entró al mercado con un giro similar. Fue un golpe duro, nos desanimamos, fue frustrante. Pero no nos detuvimos, con el proyecto armado y con todas las fuerzas que teníamos de emprender, arrancamos. 

Fue así como hasta nuestros amigos nos decían ‘Los Batmans’, porque rescatábamos a los clientes toda la noche para que regresaran a sus casas seguros. 

¿Cómo decidieron ampliar los servicios?

Andrés: La clave del éxito y crecimiento es el sacrificio, porque no nos importa trabajar las horas que sean y dejar otros compromisos para cumplir con los objetivos. 

Fue así como nuestro modelo de negocios se consolidó y amplió, primero comenzó con servicio de chofer por ocho horas los fines de semana; luego hubo clientes que pidieron que sólo querían traslado de regreso, así nació el término Buen Chofer; la gente lo usa para definir ese servicio. 

Año y medio después la misma gente nos marcó la pauta para el siguiente paso: el valet parking, porque al confiar en nuestro trabajo querían la misma calidad en ese tipo de servicio, y tras un análisis de la competencia, lanzamos un esquema que resolvía los problemas que tenían las demás para dar todas las garantías.

César: Comenzamos con 15 choferes, hasta lo veíamos como hobby, ya que los dos estudiábamos y teníamos otras ocupaciones, pero con el tiempo creció y nos dedicamos aún más al negocio. 

Hoy activamos hasta 140 personas para atender eventos y particulares; damos servicio de transporte familiar, empresarial, especializado para actividades de autoridades, atendimos a presidentes latinoamericanos, damos servicios a estados del Sureste y recientemente entramos al mercado de dar soluciones de logística en estacionamientos para eventos, centros de espectáculos y zona de antros de playa. 

¿Cuáles son las lecciones más significativas que han aprendido en estos años?

César: Ha sido una gran escuela el negocio, nos ha abierto el panorama a todos. Aprendimos a delegar, a manejar personal y la importancia de su capacitación continua, de ofrecerles alternativas de crecimiento dentro de la misma empresa. 

Nos pasó de todo, en el inicio incluso los 15 primeros choferes se fueron para hacer otras empresas del mismo giro, pero no decaímos.

Andrés: Parece sencillo, pero hay mucho trabajo detrás de planeación, logística y servicio impecable.

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