Convierte una receta familiar en un negocio

Pese a no poder terminar la incubación del proyecto por falta de dinero, la joven Isabel Espinosa persistió y ahora hasta exporta.

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Isabel Guadalupe Espinosa encontró en una salsa los ingredientes para aprender emprendiendo. (César González/SIPSE)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- De una receta familiar nació una oportunidad de negocio para Isabel Guadalupe Espinosa Cruz, una joven diseñadora gráfica que encontró en una salsa los ingredientes para aprender emprendiendo.

Se trata de la marca Dzemul, que lanzó hace más de dos años con la intención de comercializar el sabor de las creaciones de su abuela Alejandra Argárez Rivera, quien además es la imagen de las salsas. 

A pesar de no haberse formado en temas administrativos, se capacitó y actualmente es parte del Consejo Mayor de la Cámara Nacional de Industria de la Transformación, delegación Yucatán, y de la comisión de jóvenes industriales, así como integrantes del Comité Estatal del Sistema de Chile del Estado de Yucatán y ha aplicado a programas de apoyos del Gobierno Federal para fomentar la producción de chile.

¿Cómo entraste al negocio de las salsas?

Estudié Licenciatura en Diseño y Comunicación Visual en la UMSA (Universidad Mesoamericana de San Agustín), pero hubo un momento que no era negocio, decidí emprender vendiendo la salsa que hacía mi abuelita, de hecho ya la vendía, pero sin ese fin tan claro. 

Luego me di cuenta que era una oportunidad de negocio porque la combinación de una salsa de chile habanero con xcatic no era tan comercial.

¿cuándo identificaste la oportunidad? ¿cómo resolviste el arranque del negocio?

La idea de emprender se las platiqué a mis padres, y les comenté que para empezar requería de un capital, yo tenía un dinero de mi tiempo de diseñadora en una agencia, pero no me era suficiente y ellos me apoyaron para arrancar. Con mis ahorros y la ayuda de mi familia pude iniciar mi proyecto oficialmente el 29 de septiembre de 2012, cuando puse a la venta las salsas en una Expo Pyme Canacintra.

Como no tenía experiencia previa en negocios, incubé mi proyecto en el Instituto Tecnológico de Mérida (ITM), allí estuve seis meses, ya que no pude sostener el costo de las asesorías, pero aprendí mucho, y luego conocí a un ingeniero químico que me ayudó a producir las salsas de una manera más industrial, pero sin perder el sabor.

No podemos decir que es totalmente artesanal, pero sí tiene procesos naturales (no usan colorantes) y tradicionales, como el asado del chile, procedimientos muy laboriosos que nos catalogan como una salsa gourmet, en el que mezclamos las dos especies más importantes del Estado: el habanero e xcatic.

¿Cómo abriste camino en el mercado? 

La salsa estrella es la de combinación de habanero con xcatic, la receta de mi abuelita; posteriormente se fueron diversificando, ahora, además de salsas, tenemos pastas y polvos de chile. 

El nombre “Salsa picante Dzemul” lo elegí por el lugar de nacimiento de mis abuelitos, ya está registrado y todo está en orden, ya que damos garantías de la calidad del producto, para vender en el mercado local, nacional e internacional.

Para posicionarme en el mercado me ayudé de eventos como la Pyme Canacintra, actividades masivas como Expo Comercio, luego la Feria Yucatán en X’matkuil, bazares y también establecí contacto para vender en tiendas de artesanías, incluso en el aeropuerto, y actualmente ya tenemos 20 puntos de venta. De hoy hasta el día 19 estaremos con un estand en la Semana de Yucatán en México.

Como emprendedor, ¿qué tan importante es comenzar operaciones en el marco de la ley?

Es muy importante, para el respaldo de la marca y el producto; especialmente cuando tratas con alimentos debes tener tu código de barras, tabla nutrimental, todo en orden, porque si te piden enviar algún pedido fuera del país está todo en regla y también se puede facturar. Aunque todavía no exportamos a gran volumen, las salsas ya llegaron a países como España, Estados Unidos, Colombia, Francia y Suiza.

De hecho, ya estamos validados por la Administración de Drogas y Alimentos del Gobierno de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), ya podemos vender allá, es un mercado en el que tenemos mucha oportunidad. Exportar es un plan que tenemos a mediano y largo plazo, porque aún no tenemos la capacidad de producción a gran escala.

Estar en regla también ayuda para poder aspirar a apoyos de los gobiernos estatal y federal; no es fácil, pero hay que ser insistente, yo tardé dos años y lo logré.

¿Cuál es el valor agregado de tu producto?

Sabor y olor diferente, combina los dos chiles más importante de Yucatán, la imagen de la marca evoca las costumbres, la familia, las abuelitas, las recetas familiares y otro de sus valores es la calidad probada, ya que cumple con todas las normas necesarias y que hasta el extranjero reconoce.

¿Cuáles consideras son las lecciones más importantes que has aprendido en tu labor?

Mantener la humildad, tener los pies en la tierra, beneficiar no sólo a mí sino a otros; trabajo con jóvenes productores de chiles del Sur del Estado, los apoyamos comprando al precio justo y adquiriendo lo que creían un desecho como xcatic rojo, nosotros lo aprovechamos; además, fomentamos la producción de este picante, porque en el caso del habanero ya está muy posicionado. Trabajamos igual con universitarios y otros emprendedores.

¿Qué consejo podrías compartir con otros emprendedores?

Que emprendan algo que realmente sea viable, tenga elementos diferenciadores, aporten a la sociedad; si ésa es su meta, deben ser insistentes, persistentes, y no pierdan el objetivo y ni la humildad en cualquier etapa de su negocio. 

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