Microempresarias traen una nueva y dulce propuesta
Las jóvenes María Begoña y Alejandra Silveira desarrollan con la miel un proyecto empresarial que, además, apoya a las comunidades rurales.
Sonia de Anda/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Comunidades mayas que se encuentran en áreas protegidas han encontrado en la producción de miel una alternativa económica para su desarrollo, gracias a la visión de dos microempresarias especializadas en administración de recursos naturales.
María Begoña Quijano y Alejandra Silveira Puig son dos jóvenes meridanas de 24 y 32 años amantes del trabajo en campo y de su Estado que al explorar las potencialidades de las comunidades alejadas en Yucatán encontraron la forma en la que pueden ayudar a las familias.
Como a más de un año de haber iniciado esta propuesta económica, acercando miel pura y hasta de tipo medicinal al mercado de Mérida, encontraron la aceptación de un sector local y extranjero que gracias a este proyecto, hoy tienen la oportunidad de conocer el producto en su estado más natural, lo cual acredita a “Queen Bee Honey” como una propuesta casi única en la entidad y con miras a exportarla hacia Estados Unidos.
¿Cómo surgió el proyecto?
Begoña Quijano, encargada de comercializar el producto, señala: nació hace un poco más de un año y parte del trabajo es visitar comunidades rurales dentro de aéreas naturales protegidas en la Península de Yucatán; nuestra iniciativa es buscar alternativas de aprovechamiento económico sustentable que esté permitido en estas áreas, ya que ellos tienen distintos reglamentos que les impiden llevar a cabo prácticas tradicionales de aprovechamiento extractivo como la milpa o desforestar para venta de madera.
Somos administradoras de recursos naturales y nos gusta el trabajo en campo; nuestra idea fue apoyar a estas comunidades dentro de las áreas naturales protegidas para comercializar su miel, ya que nos dimos cuenta de que ellos ya han recibido muchas capacitaciones, equipamiento para producir miel, pero no tienen los medios, ni la forma de sacar su producto, y nosotras propusimos darles una imagen y sacarlos al mercado para su venta.
¿Qué es lo que vende la empresa?
Vendemos miel muy pura, tenemos de Dzidzilché la multifloral y la melipona que tiene un alto nutrimental para la salud; se producen en comunidades rurales, principalmente mayas, en las zonas protegidas que tienen pocas alternativas, aunque una de ellas es el aprovechamiento sustentable a través de la producción de miel y lo que nos movió es que existen comunidades en sitios de muy difícil acceso que no tienen ni la forma, ni los medios para sacar su producto.
¿Dónde empezaron el proyecto?
Específicamente hay una comunidad con la que hemos trabajado más, la cual se encuentra en el área protegida de Otoch Ma´ax Yetel Kooh (en la zona de Punta Laguna de Cobá) y son comunidades que para llegar se requieren dos kilómetros caminando por la selva, no se puede llegar ni siquiera en bicicleta por la dificultad del terreno.
Estuvimos explorando y vimos que esa comunidad escuela fue la que más nos movió para iniciar el proyecto que empezó muy pequeñito, y que poco a poco lo hemos dado a conocer.
Empezamos en la comunidad de Yokdzonot, que es muy pequeña y sólo viven tres familias; son un ejemplo de una comunidad que está limitada para aprovechar los recursos naturales, ya que está en área natural protegida y una de las alternativas es la apicultura y otra de abrochamiento sustentable como el ecoturismo, pero es muy difícil conseguir turistas que quieran ir a la zona, aunque tienen lagunas y aves, pero lo que realizan desde sus ancestros es la producción de miel.
¿Cómo trabajan con las comunidades mayas?
Los empresarios que quieren comercializar estos productos quieren que se les lleve el dulce; nosotros vamos a las comunidades alejadas, compramos a precios justos y ayudamos a los apicultores a sacar el producto. Muchas veces los productores están muy limitados en los medios, en el transporte para llevar su producto a los centros de acopio y acaban sin vender una miel con gran pureza.
¿Dónde colocan la miel maya?
Tenemos seis puntos de venta en Mérida, no contamos con un establecimiento para la venta, pero participamos en diferentes restaurantes, expos y bazares, ya que nuestro proceso de producción es ir directamente a la comunidad, estar con ellos; manejamos el comercio justo, compramos el producto a granel al precio que nos ponen y como ellos no tienen la posibilidad de distribuirlo, ni posicionarlo, que es prácticamente orgánico, nosotros la traemos a Mérida, lo envasamos y lo fusionamos en los diferentes puntos de venta.
¿Qué hace diferente el producto de los demás?
La diferencia del sabor de nuestra miel, es algo nos ha ayudado a que nos contacten y nos hagan pedidos, ya que buscan lo auténtico y lo natural, por eso solicitan nuestros productos, ya que poseen características que ya no se conservan en el mercado. Además, la miel meliponana tiene un gran valor medicinal y se usa mucho para los ojos y fortalece las defensas.
¿Cuál es el futuro de esta microempresa a mediano plazo?
Alejandra Silveira Puig, encargada de mercadotecnia, señaló: nuestra presentación son frascos de 300 gramos, medida estándar, un tamaño mediano de 180 gramos y de 30 gramos; no manejamos a granel para vender al público imagen, producto y procedencia.
En cuanto a cantidades, estamos alrededor de 20 piezas en cada punto de venta, que actualmente son seis, y dependiendo de la temporada está el flujo, que son entre 100 o 120 envases al mes, además manejamos mucha presencia en eventos como Baby´s shower, bodas, bautizos y regalos, ya que personalizamos el producto.
¿Qué necesitan para crecer?
Tenemos el interés a mediano plazo de solicitar apoyos con incubadoras, ya sea del Gobierno, incluso la fundación de un restaurante habla de ofrecer una línea exclusiva de nuestro producto y eso sería una entrada fuerte de financiamiento para las comunidades que trabajamos, igualmente en la expo pasada estuvimos en pláticas con la Secretaría de Desarrollo Rural para dejar listo, para exportarlo y posicionarlo en Estados Unidos, estamos en pláticas.