Por la espalda… mueren los valientes
Juan Manuel González Ponce: Por la espalda… mueren los valientes
Encontrar personas valientes es difícil en estos tiempos de polarización en donde emitir tu opinión requiere un poco de delicadeza pues pudieras ser bombardeado por una serie de personas que te llevan la contra y no tienen la capacidad de respetar a los que piensen diferente a ellos.
Sin embargo, me parece que hay ciertos momentos, personas y cosas en la vida, a las que no debemos darles la espalda bajo ninguna circunstancia.
Y no hablo meramente por valentía, hablo porque así debe de ser y lo que pretendo hoy es explicarte las razones del porqué debe ser así y con quiénes.
Aquí te comparto 5 momentos en los que no es recomendable dar la espalda:
- A la familia: La sangre de tu sangre, como primero en la lista, pues de ahí vienes y ahí perteneces, en las buenas y en las malas. Y dentro de la familia, por supuesto que a nuestros padres como prioridad. Ellos nos dieron la vida y a ellos les debemos estar en este mismo espacio y tiempo que ellos.
- A los amigos: Los amigos son parte importante de nuestra historia y nuestra educación. Y hablo de esos amigos que desde la infancia forjaron contigo una seria de aventuras de las cuales fuiste parte importante y que hoy quedan en la historia como una anécdota digna de recordar por muy divertida o triste que sea.
- A los problemas: Si algo puede complicar las cosas, es precisamente darle la espalda a los problemas, porque vayas donde vayas, ellos te alcanzarán, y cuando lo hagan, serán mucho más robustos de lo que eran cuando debiste resolverlos, por lo que enfrentarlos hoy cuesta más trabajo, tiempo, dinero y esfuerzo. Resuelve inmediatamente y sigue con tu vida.
- A las oportunidades: Una oportunidad perdida y que el universo confabula a tu favor para ponértela enfrente, es un pecado total y mortal dejarla pasar y rechazarla literalmente. Si de por sí las oportunidades en esta vida en ocasiones son contadas con los dedos de una mano, imagina darle la espalda por poner una cantidad de excusas que ni siquiera tú te las crees.
- A tus creencias: Jamás dejes de ser tú en pocas palabras. No le des la espalda a tu esencia y a tu forma de pensar, mucho menos por intentar pertenecer a un grupo que no te acepta como eres y punto. Hacerte como que eres otra persona es traicionarte a ti mismo, traicionar tus ideales, tus raíces, pero sobre todo, olvidar de dónde vienes.
No abandones nada y a nadie de estos 5, y serás una persona eternamente agradecida.