Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hoy les presento el relato de don Antonio E.B., quien vive en esta ciudad y se ha convertido recientemente en asiduo lector de Enigmas:

“Desde hace varios meses he visto que mi hijo y mi esposa leen todos los días esta sección. Debo confesar que al principio no me llamaban la atención estos temas, pero en octubre pasado hicimos una fiesta de Halloween en la casa y tanto ellos como mis hermanos y otros familiares empezaron a contar historias de terror.

“Entonces, me preguntaron si yo no había tenido alguna vivencia con el más allá y pensando bien recordé algo que pasó cuando yo estudiaba la secundaria, en la Federal No. 3 de Mérida.

“De hecho, ya lo había olvidado, me acordé cuando mi hermano platicó un caso similar. Resulta que a finales de los ochenta falleció de leucemia un compañero de primer año de secundaria. Ese niño (tendría 11 ó 12 años) era hijo de una maestra y el día del velorio retiraron temprano con el fin de que el personal docente, administrativo y el alumnado pudieran acudir a la misa de cuerpo presente en la iglesia y al entierro.

“Aún recuerdo como si fuera ayer el rostro de su madre (un año después me dio clases) cuando llegó el féretro a la iglesia y la tristeza que embargaba a toda su familia y a sus compañeros de salón.

“Una semana después de la tragedia, de pronto una alumna de su salón salió gritando del mismo porque aseguraba haber visto al niño difunto sentado en una de las sillas. Tuvieron que llevarla a la prefectura porque estaba muy alterada.

“Pocos días después, compañeros de este jovencito dijeron que lo vieron caminar y entrar a otro salón donde tomaban clases de taller; un maestro de Educación Artística también comentó casi con lágrimas que lo había visto en el salón mientras daba clases. De todo esto me enteré porque yo estudiaba ahí.

“Y así por el estilo escuché muchos relatos con relación a las apariciones fantasmales de este niño. No dudo que varios de estos reportes hayan sido sugestión por parte de los alumnos.

Todavía se manifiesta

“Pero lo impactante del caso, al menos para mí, es que mis sobrinos hace dos o tres años estudiaban en la misma escuela y afirman que se ha corrido el rumor de que ese niño aún se manifiesta.

“Hasta empleados administrativos mencionan que han visto rondar por ahí a un joven y que incluso lograron fotografiarlo, aunque de esto último aún no hay nada en concreto, pues todos saben que alguien tomó la foto, pero nadie sabe el nombre de ese ‘alguien’.

“De acuerdo con lo que decían mis sobrinos, la mayoría de los testigos afirman haber visto al niño inmóvil, tranquilo, en ocasiones sonriente y sentado en una silla como si tomara clases. Nadie lo ha visto triste o desesperado, ni ha tratado de hacer contacto físico o visual con alguien, ni mucho menos se han movido cosas o se han escuchado ruidos extraños.

“Y lo que me sorprendió, aunque no lo he podido comprobar, es que mis sobrinos dijeron que hasta el año antepasado, el nuevo director de esa escuela era el papá del niño, ya que también es maestro.

“¿Qué es lo que busca este niño? Todo parece indicar que aún quiere permanecer en su escuela tomando las clases que nunca pudo tomar en vida y, de paso, está en el trabajo de su papá. Espero que si les gusta mi relato lo puedan publicar, gracias”.

Atte. Antonio E. B.