'Cholaín' Rivero, una vida formando campeones del boxeo

Un hombre no solamente conocedor del boxeo, sino de la cultura en general.

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Orgulloso, Cholain muestra uno de sus mejores triunfos. (Foto:Jorge Acosta/Novedades Yucatán)
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Wílliam Sierra/Mérida

Apasionado de la historiografía, filosofía, de la música clásica, de los deportes, especialmente el boxeo, Jesús Rivero Gamboa se considera un tipo afortunado de la vida, en la que consiguió las metas que se propuso mediante disciplina, perseverancia forjando boxeadores hasta llevarlos al estrellato.

Hoy en día disfruta de la tranquilidad de su hogar, sentado en un sillón en la terraza de su casa, donde “devora” libros, revistas de economía, teniendo cerca papel y pluma para apuntar o remarcar; don Jesús, mejor conocido como “Cholaín” Rivero, en amena plática, abordó temas variados, de su época de alumno en la capital del país, donde comenzó a estudiar Derecho, pero lo dejó seducido por la historia, pasando por la filosofía, literatura, música barroca y, por su puesto, de su pasión: el boxeo.

“Me considero un ignorante, y por eso para dejar de ser, me gusta leer, enterarme.
Todos deberíamos de hacer para mejorar nuestra cultura en general”, menciona, tras enfatizar que con el desarrollo de la historia y la economía vinieron los grandes cambios en la humanidad.

Arte y boxeo 

Inmortal del Salón de la Fama del Deporte Yucateco, recuerda que precisamente a los boxeadores que entrenó trataba de inculcarles ese buen hábito, e incluso, es sabido que cuando fue llamado por Oscar de la Hoya en los entrenamientos le ponía música de Ludwig van Beethoven, Wolgang Amadeus Mozart, entre otros.

“Seguro varios de su equipo habrán dicho: ¿Y a éste qué le picó?’, pues fui llamado para entrenarlo y le hablaba de William Shakespeare. Compró su obra completa, pero no lo leía, decía que le agradaba que se lo explicara, pero no, tenía que leer. Decía que le gustaba la actuación, que quería ser actor, por eso le recalcaba que para ser actor hay que saber de teatro”, comentó.

“Así como Cervantes es el máximo exponente de la lengua española, Shakespeare lo es para los ingleses. A Miguel Canto le decía que leyera de cultura, de los mayas, que se enterará de sus raíces, pues cuando peleaba aquí, venía la prensa nacional y querían saber de eso, que los acompañara a las zonas arqueológicas”, añadió.

Por lo general, como la mayoría de los grandes deportistas, “Cholaín” Rivero menciona que éstos vienen de estratos sociales bajos, y en el caso del boxeo lo ven como la puerta de escape hacia un mejor futuro, pero el camino es difícil, está lleno de obstáculos.

“Qué sucede, al carecer de preparación cuando están en la cima, surgen nuevas compañías, que no siempre son las adecuadas, hay derroche, y al final acaban como cuando comenzaron: sin nada”, señaló.

Siempre con ademanes, mostrando la manera correcta de como golpear, o esquivar un golpe, señala que la mayoría de los boxeadores carecen de lo más indispensable, las técnicas básicas, sobresaliendo con defensas rudimentarias, es decir, lo único que hacen cuando les tiran golpes es pegar los brazos, cubrirse el rostro.

 

“No saben esquivar los golpes, quitarse un jap, uppercut, y en el caso de los que pelean con zurdos, tiran al revés, en vez de girar hacia un lado, lo hacen hacia el otro. Cuando no hay técnica defensiva, es un verdadero problema”, mencionó.

Entre las decepciones que se ha llevado o más bien de mal agradecimiento, se encuentran los casos de Oscar “Chololo” Larios y Ulises “Archi” Solís, a quienes los preparó bastante tiempo con la condición de que, si no los hacía campeones del mundo, que no le dieran nada, pero en ambos casos, tras coronarse, le dieron la espalda, sin pagarle nada, y lo mismo sucedió con Humberto “Chiquita” González, a quien ayudó a recobrar la corona, tras haber sido noqueado por Michael Carvajal.

“Aclaro: no estoy hablando mal de los boxeadores, sino de la gente que los dirigía”, enfatizó. Cerca de los 90 años de edad, -el 3 de octubre los cumple-, “Cholaín” Rivero revela que no tiene secretos para verse bien, ágil, fuerte.

Siempre llevando una vida sana, hizo mucho ejercicio, jugó futbol; fue subcampeón estatal de natación, levantó pesas, y corría con los boxeadores, no a la par de ellos, pero lo hacía, les mostraba los ejercicios, y como todo mundo, “me tomó de vez en cuando una cervecita”.

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