Erosión daña a lanchas y decenas de casas ubicadas a la orilla de la playa
Las embarcaciones no tienen sitios de resguardo y las construcciones se derrumban.
De acuerdo con datos de la Zona Federal Marítimo Terrestres (Zofemat) de Progreso, por efecto de la erosión, decenas de las 4,200 propiedades a la orilla de playa presentan daños cuantiosos en sus construcciones, lo que deja muchas de sus calles con escombros que afectan el traslado a pie y construcciones a punto de derrumbarse parcial o totalmente.
Respecto a esta problemática, los pescadores Juan Castillo, Miguel Pech y Ramón Pech, alias “Moncho”, indicaron que las afectaciones a sus lanchas se deben a que la erosión de playa ha dejado a los pescadores de Chicxulub Puerto, sin espacios para resguardarlas, ya que, al no contar con un puerto de abrigo o refugio pesquero en la comisaría, los arenales eran los espacios que servían de forma natural para colocarlas.
Pero con la entrada de “nortes” y otros fenómenos naturales, muchas veces, el agua ingresa y logra arrastrarlas, provocándoles desde daños menores, como raspaduras, hasta efectos mayores como el desfonde de los cascos; lo que significaría reparaciones de varios miles de pesos o, incluso, la pérdida de las lanchas, perjudicando de manera directa su actividad y la economía de sus familias.
En entrevista, la señora Hortensia León Castillo de Vargas, vecina de Chicxulub Puerto de nacimiento y dueña de una propiedad de playa a la altura de la calle 2A, desde hace más de 40 años, relató que cuando ella y su esposo compraron la casa, la zona contaba con más de 40 metros de playa, recordando que sus hijos y los de los vecinos podían jugar partidos de béisbol y vólibol en sus frentes de arena, catalogando dicha zona como un paraíso.
Por desgracia, esos tiempos de mucha playa comenzaron a ser sólo un recuerdo debido a que muchos vecinos de la zona construyeron los llamados “espolones” para proteger sus frentes y evitar la erosión, sin embargo, luego que los hicieran quitar, por injerencias de una administración municipal, un muelle de madera que tenían desde tiempo atrás, debido a la queja de sus vecinos, muchos de los cuales ya habían cambiado ante la venta de las propiedades, y la destrucción de los propios “Espolones”, muchas piedras quedaron dentro del agua, que se fueron moviendo poco a poco hasta estrellarse contra su muro y derribarlo por el avance del mar.
Finalmente y luego de invertir constantemente en reparaciones al muro y la propiedad, doña Hortensia, señaló que decidió dejar que la naturaleza siga su curso.