Gerardo Keb/Progreso

Las zonas costeras de Chicxulub y Chelem cada vez tienen menos playas; la erosión afecta directamente a casas cercanas y eliminan áreas de protección de embarcaciones pesqueras.

El acercamiento del mar a las zonas costeras habitadas en Chicxulub Puerto y Chelem se han intensificado con la constante entrada de malos tiempos a la región, donde las intensas marejadas impactan de manera violenta los cimientos de las construcciones de la primera línea de playa, llevándose a su paso la arena y pedazos de piedra de las construcciones.

Ante esta constante y continua erosión, las edificaciones veraniegas de ambas comisarías han sufrido la pérdida de las escaleras de la parte delantera de sus construcciones, así como la exposición de los cimientos de toda la parte anterior de los edificios, al no haber arena en los sitios que cubran esas partes.

Por este motivo, múltiples edificios presentan daños en su estructura que comprometen la estabilidad de ciertas áreas, convirtiendo esta situación en un dolor de cabeza para sus propietarios, que deben hacer reparaciones constantes para evitar la colisión de sus propiedades o de las partes averiadas.

La reducción en la porción de duna costera de estos sitios ha repercutido también en la seguridad de las embarcaciones ribereñas, ya que, sin las playas, los pescadores no pueden resguardar correctamente sus lanchas.