Riesgosos tatuajes 'para toda la vida'
Sólo existen en Mérida seis establecimientos con registro para realizar tatuajes. Se puede donar sangre luego de seis meses del trabajo.
Alicia Carrasco/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- De mil 540 establecimientos en Mérida registrados ante el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) como salones, clínicas de belleza o peluquerías, algunos cuentan con el servicio adicional de tatuaje, aunque sólo seis tienen permisos para ello, lo cual representa un peligro para la salud del usuario.
Según el Directorio de Unidades Económicas del Inegi, en el Estado hay registrados dos mil 558 salones, clínicas de belleza y peluquerías; de acuerdo con responsables de la dependencia, los servicios de tatuado se ubican principalmente en giros con otros dominios, debido a que muchos activaron el servicio después de obtener su permiso para operar.
Ante esta situación no se puede realizar un censo correcto de los centros de tatuaje y, por consiguiente, se evaden ciertas normas de seguridad.
Para prevenir estas situaciones, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), desde 2010 expide una tarjeta de control de tatuadores, la cual es obligatoria para quienes prestan este servicio, y los avala en materia de profesionalismo y capacitación en áreas de salud.
“La Cofepris, desde 2010, otorga una cédula profesional, que es una tarjeta de control de tatuadores, que exige ciertos requisitos para obtenerla, y es personal, no por establecimiento”, explicó Wilbert Tiziano Tec Uribe, propietario del centro de tatuajes “TatuWill”.
El especialista explicó que la tarjeta sirve para llevar un control de los tatuadores y para que estén más capacitados en el tema de salud y cuidados, incluso para adquirirla se les exige contar con ciertos requisitos, como vacunas, conocimientos sobre primeros auxilios, sobre los desechos biológicos infecciosos, entre otros temas.
La tarjeta es un respaldo sobre la Secretaría de Salud a nivel nacional y represente seguridad para los clientes.
Explicó que una persona con tatuaje puede donar sangre luego de seis meses a un año de haberse realizado un trabajo de este tipo; este periodo es para detectar cualquier enfermedad a la que haya sido expuesto, contrario a lo que se piensa, que es porque la tinta podría ser tóxica, ya que los elementos que la componen son vegetales.
Mencionó que especialistas en el área de salud, desde médicos hasta químicos, aún no están 100 por ciento seguros si la tinta contamina la sangre, ya que unos señalan que ésta, por la forma de circular realiza una autopurificación, de manera que los pigmentos no están mucho tiempo en el torrente sanguíneo, además el tatuaje es superficial, pues se encuentra en las dos primeras capas de piel.
De forma segura
“Si un tatuaje no se realiza de forma higiénica puede haber transmisión de enfermedades. El tiempo para que se pueda donar sangre después de un tatuaje o un piercing es de seis meses a un año, para que, en caso de haber contraído alguna enfermedad, se detecte”, advierte el Centro Dermatológico de Yucatán.
Especialistas de la institución agregaron que anteriormente, cuando en México no se importaba el equipo profesional para tatuar, los tatuadores trabajan de forma improvisada, sustituyendo con tinta china, especial para estilógrafos, lo que tenía una reacción con el sol. A partir de 2000 se empezó a importar el equipo, volviéndolo fácil de conseguir y económico.
La institución advirtió que antes de cualquier tatuaje es necesario llenar un formato para descartar cualquier enfermedad o indicar si se tiene algún tipo de padecimiento, de la sangre o de cicatrización.
Se pide que consulte primero al médico para saber si es apto para tatuarse. Sugirió investigar al establecimiento y asegurarse que cumpla con las normas y procedimientos.
Desde hace 20 años
- En cuanto a la tinta para tatuajes, los especialistas señalan que no ha cambiado desde hace 20 años, ya que los pigmentos son a base de minerales, vegetales y solventes, como alcohol, glicerina y agua destilada.
Cicatriz para toda la vida
En Yucatán se incrementó la demanda de tatuajes, pero también de su eliminación, señalan especialistas en dermatología, los cuales advierten que aún no existe un método que remueva perfectamente este tipo de trabajos, por lo que en la mayoría de los casos quedan cicatrices o secuelas.
“El tema de los tatuajes incrementó, muchos jóvenes se lo realizan. Mi recomendación es que lo piensen bien porque no existe sistema que quite perfectamente los tatuajes, sobre todo los profesionales, donde la tinta se encuentra muy profunda y los tonos son muy intensos”, destacó Orlando Isaías Piña Basulto, médico dermatólogo que brinda este servicio.
Mencionó que entre las diferentes técnicas para remover un tatuaje se encuentra una variedad de láser, cirugía y dermoabrasión, pero en todas las opciones el resultado es una cicatriz o algún tipo de secuela, en casi un 80 por ciento.
“Aunque sea láser, si la tinta está profunda, la lesión queda sobre la piel, y se requiere entre cuatro a seis sesiones; el costo por sesión es de hasta dos mil 500 pesos, pero el dolor es el triple que cuando se hicieron el tatuaje”, señaló.
Explicó que cuando son pequeños los tatuajes optan por realizar un injerto de piel.
Prevenciones
- Todo el equipo que se utilice debe ser nuevo y desechable, venir empaquetado y con fecha de esterilización y caducidad.
- Todos los aparatos deben ser forrados con plástico para no tener contacto directo, y después del tatuaje, ser desechados.