Nalleli Calderón/MÉRIDA
El análisis de las muestras más recientes del programa Playas Limpias emitidas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) confirman la necesidad de actualizar los estudios sobre la calidad del agua en la costa yucateca, ya que si bien los resultados indican que las aguas son consideradas aptas para los bañistas, cada vez son más altos los índices de bacterias contaminantes en ellas.

El estudio realizado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), previo al periodo vacacional de Semana Santa, se llevó a cabo en 18 playas yucatecas.

Hubo 24 sitios de muestreo de 11 destinos turísticos que son Telchac, Progreso, Celestún, Río Lagartos, Sisal, Dzemul, Sinanché, Ixil, Yobaín, Dzidzantún y Dzilam de Bravo.

Como se ha informado, la Cofepris realiza de manera coordinada con las secretarías de salud de cada Estado y la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública, el análisis de las muestras de agua de mar a fin de obtener la medida que genere valor estadístico que determine si una playa es o no un riesgo para la salud.

Por medio del análisis se monitorea la bacteria Enterococcus faecalis (heces fecales) que valora las condiciones sanitarias del agua de mar, ya que es resistente a condiciones adversas y por sus características puede desarrollarse en un ambiente con 6.5 por ciento de cloruro de sodio, pH de 9.6 y entre 10 y 45 grados centígrados.

Con base en los resultados emitidos, una playa se considera apta para el uso recreativo si tiene entre 0 a 200 enterococos por cada 100 mililitros de agua, en tanto que un número superior a 200 la clasifica como no apta, que es el parámetro que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) para considerar si una playa implica algún riesgo sanitario para los bañistas.

Índices

Las playas yucatecas que arrojaron el mayor incremento de contaminación, que incluye rastros de heces, fueron el área del playón en Progreso, Chelem, Sisal, Chabihau, San Crisanto, Telchac, El Cuyo y Celestún.

De todas las zonas mencionadas, la que más alto índice presentó fue El Cuyo, al pasar de 10 en el estudio realizado en 2014 a 74 este año; seguido por Celestún, cuyo índice de bacterias pasó de 30 en 2014 a 70 en 2019.

En el caso de Telchac, el estudio arrojó que pasó de 27 por cada 100 mililitros en 2014, a 42, y Sisal pasó de 17 a 30 encontradas.

San Crisanto en 2014 arrojó 11, en tanto que este año llegó a 33; Chabihau pasó de 10 a 24, Chelem de 17 a 42 bacterias y Santa Clara de 15 a 31 bacterias.