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MÉRIDA, Yuc.- Después de una corta dolencia, la hermana María Teresa Anaya Duarte falleció anoche en la ciudad de Mérida, dejando un legado de aportaciones en la docencia y formación espiritual por generaciones.

Se informó que a las 20:00 horas se realizará una misa en el Colegio Mérida con sus cenizas. Le sobreviven sus hermanos Gabriel, María y Elena, sus hermanas religiosas de Jesús-María, antiguas alumnas y amigos que con cariño agradecen el camino compartido con ella.

La religiosa de la Orden Jesús-María nació el 7 de enero de 1945, en la Ciudad de México, D.F. Hija de Pedro Anaya Diez de Bonilla y de Refugio Duarte Urrutia, quienes tuvieron seis hijos, de los cuales ella era la menor: Gabriel, Elena, Juan (+), María, Gerardo (+) y Teresa.

Familia devota y creyente que dio a la Iglesia dos hijos Jesuitas: Gabriel y Gerardo (fallecido recientemente) y dos hijas Religiosas: Elena, de la Orden del Sagrado Corazón, y Teresa, de la Orden de Jesús-María.
Realizó parte de sus estudios básicos en el Colegio Regina, en México D.F., institución que atienden las Religiosas de Jesús-María. Posteriormente, estudió Arte, Biblia y Teología en Roma; Normal Secundaria en la FEP y Contador Público en la Universidad La Salle, en México.

Entró a la vida religiosa en la Congregación de Jesús-María, el 12 de diciembre de 1963. Hizo sus primeros votos el 31 de julio de 1966 y sus votos perpetuos en 1971.

Casi toda su vida religiosa desempeñó el servicio de administradora y ecónoma de distintas obras y comunidades. Fue educadora de la Fe en el Colegio Regina; directora de la preparatoria del mismo instituto, de 1972 a 1984; Maestra de junioras los dos años siguientes en la Escuela Claudina Thévenet, también en México.

Desde 1974 fue Ecónoma Provincial hasta octubre de 1989, cuando fue nombrada Ecónoma General de la Congregación, labor que ejerció con mucha dedicación durante 18 años hasta 2007, en Roma, Italia.

Regresó a México en agosto de 2008, destinada al Colegio Mérida prestando el servicio de Ecónoma de la comunidad y superiora local.

En agosto de 2014 fue destinada a la comunidad del Colegio Avelino Montes Linaje, en el suburbio de San Sebastián, aquí en Mérida, donde también prestó el servicio de Ecónoma de la comunidad.

A lo largo de su vida religiosa se caracterizó por ser una mujer de gran visión, inteligente y práctica, alegre y de buen humor, humana, solidaria y cercana.

Atenta a las necesidades de los demás, a quienes sabía escuchar con apertura de mente y de corazón, intuitiva, profunda y fiel. Una mujer entregada a Dios y a los demás, sensible y cariñosa, y para mucha gente magnífica amiga.