Nuevo fenómeno de luz y sombra ancestral
Lo documentan con fotografías en la Tumba del Gran Sacerdote.
La destreza de los arquitectos mayas para crear edificios que les permitieran observar en determinadas fechas los fenómenos astronómicos se ha reafirmado en el Osario de Chichén Itzá, donde especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con una cámara especial, tomaron por lo menos tres mil fotografías para confirmar el paso cenital en ese edificio al “descender” en esa boca.
El lugar que también es conocido como la Tumba del Gran Sacerdote, ubicada en la parte de Chichén Viejo, ha sido confirmado como un observatorio con más de mil años de antigüedad; se estima que tiene por lo menos 11 siglos y registra el paso del Sol por el cenit, personas y objetos quedan sin sombra. Esto ocurrirá de nuevo el próximo 19 de julio.
El director del Sitio de Monumentos Arqueológicos de Chichén Itzá, Marco Antonio Santos Ramírez, está a cargo del estudio de este fenómeno, que ayer se registró a las 12:57 horas, con una duración aproximada de 10 minutos.
Destacó que en el Osario se construyó un tiro vertical de 10.51 metros que según parece se construyó en dos fases, la primera mide 4.5 metros y la otra un poco más amplia 5.5 metros, en el fondo del tiro hay una abertura que conduce a una pequeña cámara o cueva, lo que considera como una entrada al inframundo.