Coral Díaz/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El fenómeno de la migración junto con los abusos, violaciones a los derechos humanos  y delitos que se cometen hacia estas personas permean en Yucatán, señaló el director de la Casa del Migrante “La 72”, en Tenosique, Tabasco, Fray Tomás González Castillo. 

“Los municipios del sur de Yucatán son expulsores de migrantes, con frecuencia nos enteramos de que se murió, por ejemplo, alguien de Maní y viene el cuerpo repatriado… ¡y qué decir de Campeche; la Península de Yucatán no se salva!”, refirió González Castillo en el marco del primer Foro de Promoción y Protección de los Derechos Humanos “En beneficio de las personas migrantes en México”, en la Facultad de Derecho de la Uady.  

En el marco del Primer foro de promoción y protección de los Derechos Humanos, “en beneficio de las personas migrantes en México”, el también Premio “Gilberto Bosques 2013”, mencionó que cuando se habla de la desaparición del Instituto Nacional de Migración refieren que es una exageración tomar esta medida, porque en algunas delegaciones están trabajando bien.

“Pero tras un análisis, qué delegación tiene algo bueno, acabábamos de aclarar eso cuando en Cancún detienen a los dos delegados de migración del aeropuerto con los cajones de las oficinas llenas de dinero de tanta extorsión que padecen las personas migrantes provenientes de Cuba y los que pueden entrar por el Caribe”, argumentó.

Por tanto reiteró que la Península de Yucatán no está exenta de este complejo migratorio que acarrea tanto problema y tanto delito.

En el encuentro también tuvo participación el grupo denominado “Las Patronas”, encabezado por Norma Romero Vázquez, que trabajan en el municipio de Amatlán de los Reyes, en Veracruz y en 2013 se les otorgó el  Premio Nacional en Derechos Humanos.

Romero Vázquez mencionó que la Ley de migración solamente ha servido para tener más conocimiento, porque los reglamentos no se están poniendo en práctica.

Recalcó que las personas no emigran por gusto, “nadie sale de su país sólo por pasear, lo hacen porque el trabajo se está agotando en su lugar de origen, porque quieren tener a su familia bien y pasan peripecias, venden sus cosas para poder cruzar, se arriesgan en la ‘Bestia’ donde les cobran 100 dólares por cada estación de tren”.

Aclaró que su trabajo no sólo se trata de darles un plato de comida a los migrantes, sino buscar oportunidades para los jóvenes y así evitar que tomen ese camino.

Más que un albergue

En México existen más de 60 sitios de apoyo y albergue a migrantes, integrados en un colectivo, en los que no sólo se les da cobijo, sino también orientación en caso de haber sido vulnerados sus derechos humanos.  

Al respecto, el Premio Nacional en Derechos Humanos 2012, Padre Alejandro Solalinde Guerra, señaló que como colectivo no pueden dejar de ser incómodos, porque el día que se acomoden y que no profeticen, entonces serán como sal que no sirve y se va a tirar.

Recalcó que no se puede ser defensor o defensora de derechos humanos sin cuestionar a quien lesiona esos derechos.

“Nosotros tenemos que voltear a la causa a quien está generando esa situación, cuando hablamos de derechos humanos es para señalar a quien está agrediendo mediante algunos elementos a esa población”, refirió.