Fijan las reglas para el uso de cuevas y cenotes de Yucatán

Grupo de expertos elaboran los protocolos para la protección de esos sitios, muchos de ellos plagados de evidencia arqueológica.

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Los cenotes siempre han llamado la atención de propios y extraños. (José Acosta/SIPSE)
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Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) definieron en Yucatán los lineamientos para la Protección del Patrimonio Arqueológico en Cuevas y Cenotes, los cuales coordinarán la exploración y aprovechamientos de estos sitios con las autoridades de todos los niveles.

El coordinador nacional de Arqueología del INAH, Pedro Francisco Sánchez Nava, señaló que con el apoyo de expertos en arqueología y de abogados se elaboró el documento que entrará a la fase de revisión y se espera concluya este año o principios del próximo, para hacer públicas las reglas que se deben cumplir para proteger los vestigios arqueológicos, que existen en estos lugares, aun cuando se ubique en terrenos particulares o ejidales.

Informó que esta es la quinta reunión que se celebra entre los estados de la Península para establecer protocolos que buscan la conservación de unos espacios tan frágiles con tanta información por recuperar, como son los cenotes y las cuevas.

Destacó que otra de las tareas que consideran fundamental es “avanzar en el Atlas Arqueológico de la Península en lo que se refiere a cuevas y cenotes”, el cual no sólo permitirá identificar los sitios sino identificarlos a través de un sistema de ubicación geográfica, lo que también permitirá  identificar factores de riesgo, para tener una forma de diagnóstico desde aspectos antropogénicos o naturales.

Debido a que estos lugares comparten intereses con otras instituciones es necesario hacer un acuerdo de voluntades para ordenar de alguna manera las actividades que se realizan dentro de estos espacios, por ser cuerpos de agua, también hay participación de Conagua, Semarnat, de prestadores de servicios turísticos y de quienes practican el buceo. Los accesos a muchos de estos espacios están en terrenos ejidales, de pequeña propiedad.

Además del interés científico de arqueólogos, biólogos y científicos, los cenotes y cuevas se han convertido en espacios de mucho interés, de manera que se deben de establecer ciertos criterios y reglamentación para compartir un espacio y preservarlo, sin afectar intereses.

Ayer en la tarde firmaron una documentación  que permita regular estos espacios su uso y su preservación.

Reconoció que hay problemas de saqueo de vestigios arqueológicos en los cenotes y cuevas, pero el principal problema que han detectado es que los problemas son más de tipo incidental, debido a que quienes practican el buceo al detectar elementos de importancia arqueológica los retiran y esto ocasiona el deterioro de la evidencia, se denomina “saqueo incidental”.

“Saqueo incidental”

El delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Yucatán, Eduardo López Calzada Dávila, señaló que no todos los cenotes tienen vestigios arqueológicos, pero la normatividad sobre la cual trabajaron en estos días, es clave para conservar y proteger lo que está bajo el agua.

Indica que el mayor problema que enfrentan los vestigios subacuáticos, es el “saqueo incidental”, la falta de pericia de quienes al bucear encuentran algo que consideran puede ser valioso, en lugar de dejarlo en el lugar y cuidar no alterar o afectar el mínimo incluso los sedimentos, lo sacan pensando que así lo protegerán, pero al hacerlo sin cuidado y de acuerdo con las normas, sólo causan afectaciones.

Comentó que algunos arqueólogos incluso están a favor de mantener los hallazgos en los mismos cenotes o  “in situ”, no llevarlos al museo, pero con reglas claras de preservación para que quienes los vean en los sitios de origen comprendan la importancia de no alterar la zona.

El coordinador nacional de Arqueología del  INAH, Pedro Francisco Nava Sánchez, señaló que bajo el agua les pasa lo mismo que en tierra, “es de tal magnitud la riqueza arqueológica en México que es muy difícil tener un control suficiente de esos espacios; por eso sólo con la participación de otros actores sociales, como las comunidades, los prestadores de servicios, guías y dueños de los terrenos se podrán cuidar mejor”. 

Explicó que los vestigios en estos espacios y en tierra son irrepetibles, es un recurso no renovable, “nosotros decimos de forma coloquial que cuando se hace una exploración arqueológica es como ir leyendo un libro al que le van arrancando las hojas, porque una vez que remueven los contextos sólo con un registro muy cuidadoso y fino pueden recrearlo”.

A eso se debe el interés de reglamentar los criterios de inmersión, saben que sería muy difícil impedir que la gente deje de bucear, pero sería mucho mejor fijar las reglas de conservación de lo que van a ver en los sitios originales, para que ese legado lo puedan admirar otras generaciones.

Interés paleontológico

La Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Yucatán (Seduma) realiza, además de muestreos, un control geo satelital de la ubicación de cuevas y cenotes que existen en la entidad, con base en el cual calcula que son más de cinco mil cuerpos de agua de diferentes tamaños.

Esta dependencia estatal clasifica a los cenotes con base en su estructura morfológica, así pueden ser de forma de cántaro, con una pequeña abertura superior y diámetro creciente hacia la superficie del agua y aún más abajo.

El material que han encontrado considera que contiene información relacionada con  la paleontología, la arqueología, la historia, la flora, la fauna, los usos y costumbres, y la importancia del agua para los antiguos mayas. En el censo realizan también un análisis sobre los niveles de contaminación del agua.

Por sus características algunos de estos sitios son considerados con un alto potencial para la práctica del espeleobuceo. La importancia que ha cobrado esta actividad llevó a Yucatán a convertirse en sede de eventos internacionales de este tipo.

La Seduma ha organizado incluso encuentros de espeleobuceo, el primero estatal fue del 18 al 21 de diciembre de 1996, y el segundo a nivel nacional del 17 al 20 de diciembre de 1997.

En estos primeros eventos las conferencias se dictaron en el museo de Arte Contemporáneo de esta ciudad, donde se dieron a conocer los adelantos en materia de investigación espeleológica subacuática a la vez que se promovió la conservación de estos recursos naturales.

Con la experiencia adquirida con estos dos primeros encuentros se organizó  el “I Encuentro Internacional de Espeleobuceo”, que se efectuó del 18 al 21 de noviembre de 1998, el II encuentro se celebró del  29 de octubre al 1 de noviembre de 1999. 

El III Encuentro fue realizado  del 17 al 19 de noviembre de 2000, la cuarta edición se realizó del 16 al 19 de noviembre de 2001; el V Encuentro se realizó del 20 al 24 de marzo de 2003; el VI Encuentro fue celebrado del 17 al 20 de noviembre de 2007, siendo organizado por  la Asociación Buzos Técnico-Deportivos de Yucatán.

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