Stop motion lo volvió emprendedor en movimiento

Enamorado de la técnica digital stop motion, encontró en el binomio de creatividad y educación la fórmula para el éxito de su proyecto y modelo de negocio

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En Filmo, José Luis Llanes Vázquez encontró en el binomio de creatividad y educación la fórmula para el éxito de su proyecto y modelo de negocio. (Amílcar Rodríguez)
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Cecilia Ricárdez/Milenio Novedades 
MÉRIDA, Yucatán.- José Luis Llanes Vázquez, licenciado en artes musicales de la Escuela Superior de Artes de Yucatán, encontró en el binomio de creatividad y educación la fórmula para el éxito de su proyecto y modelo de negocio.

Enamorado de la técnica stop motion, en la que mediante imágenes sucesivas  se logra animar cualquier objeto, se planteó el reto de que los niños de esta era digital también se maravillaran de las posibilidades que ofrece este recurso. 

De esta manera, comenzó con su proyecto Hey Motion, hoy Filmo, para dar cursos en los que se propicia el desarrollo de la creatividad y se fomenta el aprendizaje de temas tan diversos, que van desde historia hasta hábitos saludables. 

Con el apoyo de su hermana Lizbeth, fortaleció la iniciativa para darle el giro educativo y fue así como comenzaron en escuelas privadas, sumaron alianzas con la iniciativa privada, ofrecen cursos a universitarios, forman parte de la primera generación de Start Up México Campus Mérida y en breve abrirán su propio local para atender a más interesados en el stop motion.

¿Cómo nace tu proyecto, por qué  apostarle al stop motion?

En mi época de estudiante en la Licenciatura de Artes Musicales de la Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY), y durante una tarea para musicalizar un video, lo hice con la técnica de animación stop motion. En ese momento nació el gusto por este recurso y de cómo permite explotar la creatividad para animar casi cualquier cosa, solo con una cámara y una computadora.  Con esta experiencia pensé que si nosotros lo disfrutamos a manera de juego, también los niños podrían hacerlo y así comencé a aterrizar la idea para que hacer cursos, así nació como Hey Motion.

¿Con la idea lista, cómo resolviste el tema del dinero?

Le platiqué a un tío sobre mi proyecto y confió en él, se convirtió en mi primer inversionista y me ayudó con el capital para comenzar los cursos, esto en un inicio en una casa particular. En ese momento el tema del stopmotion era un recurso del cine, pero que no era cercano a toda la gente y fue difícil al principio convencer a los padres de familia que sus hijos podrían hacerlo. Con ejemplos de películas como las de Tim Burton, pudieron comprender la técnica de animación. 

¿Cómo fue tu proceso de emprendimiento?

Fue un rotundo fracaso. Con el apoyo de la familia, y mocionado por comenzar, difundí el curso con volantes por toda la colonia, recibí muchas llamadas de padres interesados y que se inscribieron para la clase muestra y el día de la sesión no llegó nadie. La gente tenía una idea diferente de lo que iba a impartir, asociaban esta técnica de animación con las actividades de animación que se hacen en shows infantiles y con botargas. 

Posteriormente, a través de conocidos, contacté a la directora de Yaxuná Comunidad Educativa y necesitaba a profesionales en el tema de stop motion para niños y ellos me abrieron las puertas, ahí impartí el primer curso  enfocado a este sector con narrativa de cuentos.

¿Cuál consideras que es la ventaja competitiva de tu propuesta?

Capta la atención del niño porque en tiempo real se ve el resultado, en un inicio era sólo una actividad creativa, posteriormente se sumó mi hermana licenciada en educación especial y logramos que la experiencia también fuera educativa, una herramienta para aprender.

Juntos comenzamos a dar cursos en el Instituto Cumbres como parte de las academias culturales, de lunes a viernes de 5 a 7pm, y está abierto al público en general. 

Tenemos niños de 6 a 13 años de edad, pero también lo hemos impartido a universitarios enfocado al tema publicidad, fotografía, cinematografía, hemos trabajado con la Universidad Anáhuac Mayab,  Modelo, Facultad de Arquitectura, de Educación y UTM. Y en breve abriremos un local para los nuevos cursos.

¿Cómo ha contribuido en su labor ser incubados en el programa de incubación de Start up México Campus Mérida–TecniA?

Aplicamos a la convocatoria de Start up México Campus Mérida que está en el parque TecniA  a pesar de que no teníamos el perfil tecnológico, nos aceptaron y luego se abrieron espacios para industrias creativas. Esto marcó una diferencia; con la mentoría que nos han aportado, nos hemos dado cuenta de todo lo que nos faltaba afinar en partes administrativas, de registros, etc. y con esto el proyecto ya creció, ya no solo estamos en el Cumbres, sino vamos por otras escuelas, empresas y estamos vinculándonos con organizaciones gubernamentales para que los cursos también se puedan dar en escuelas públicas. Incluso en ese proceso cambiamos el nombre, pasamos de ser Hey Motion, que usamos por cinco años, a Filmo que tiene la palabra Film (película) y Mo por Motion que significa movimiento en inglés, tenemos un par de meses con él.

¿Siguientes pasos?

Tenemos la apertura de nuestro local, que ya estará funcionando para los cursos de verano. Preparamos un diseño de imagen muy cuidada porque queremos convertirnos en franquicia  y estamos afinando la metodología para eso. También queremos posicionar el nombre de Filmo como personaje que animaremos en diferentes materiales y hacer una botarga para promovernos en escuelas y comunidades.  En breve subiremos todas las cuentas en redes sociales donde además difundiremos los videos que hacen los niños. 

¿Qué reflexión podrías compartir con tus pares emprendedores?

Tener fe en uno mismo, nunca dejar de creer en nosotros y nuestros proyectos, creo que cuando uno tiene estos elementos y la pasión, contagias a los demás. Afortunadamente me ha tocado personas que me dicen, ‘es que me enamoraste del proyecto’, y ese es el objetivo para que se sumen.  Además de fe, hay que tener fuerza para continuar por más difícil que se ponga el camino.

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