MÉRIDA, Yuc.- En los últimos dos años el número de gasolineras que se niegan a ser supervisadas por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha ido en aumento y, a la par, el organismo federal ha suspendido 44 mangueras por no despachar el volumen adecuado de combustible.

De acuerdo con el “Reporte Gasolina” en el ¿Quién es quién? en el precio, la dependencia federal registró un incremento exponencial en 2016 en el número de patrones que se niegan a la verificación de sus máquinas expendedoras del combustible, tendencia que se mantiene este año.

Mientras que en 2015 sólo se reportaron tres empresas que negaron la revisión, dos de ellas en Tizimín, y una más en Panabá, en 2016 se disparó a 19 casos, de los cuales nueve de ellos fueron de Mérida, cuatro en Valladolid, otros cuatro en Chemax y los dos restantes en Tinum.

Para este año, el reporte de la Profeco marca ocho gasolineras que no permitieron esta verificación, de las cuales cinco son de Mérida, dos en Valladolid y la última en Tizimín.

A esta falta de transparencia en los procesos, se suman que la dependencia federal lleva “inmovilizadas”, es decir, que no pueden emplearse bajo el supuesto de estar “amañadas”, a 44 bombas expendedoras.

En lo que va de 2017 las empresas gasolineras que han tenido por suspendidas algunas de sus bombas se encuentran a la cabeza con Mérida, Valladolid, Izamal, Conkal, Peto, Oxkutzcab, San Felipe, Dzilam González, Telchac Pueblo, Tinum y Temozón.

Cabe señalar que de acuerdo a dicho reporte de la Profeco, existe una serie de estándares por los que una bomba expendedora puede ser suspendida, la más frecuente en el mismo es la referente a la calibración en la cantidad de combustible suministrado.

Las gasolineras que no permitieron verificación