'Gemelo' Baqueiro, precursor de la fotografía de élite
Su prestigio regional como artista de la lente le permitió probar en el cine comercial, donde su obra “Cholo África” fue todo un éxito
Martha Chan/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Es una institución en la fotografía, ha recibido múltiples reconocimientos y premios en sus 48 años de ejercicio profesional. Carlos “Gemelo” Baqueiro Cáceres es de los artistas de la lente más conocidos de Mérida y su sencillez destaca por encima de su trabajo. No es todo, aún ejerce como desde el primer día que inició “amando a escondidas” a la fotografía, pues su padre quería que fuera abogado.
El fotógrafo yucateco Baqueiro Cáceres, de 65 años de edad, habla de sus inicios, su experiencia profesional y cómo se convirtió en el primer yucateco en los “cine-comerciales”. Está casado desde hace 41 años con Mili Gamboa Ruz.
¿Cómo fueron sus inicios en la fotografía?
Estudiaba abogacía, pero cuando mi papá me mandaba a los juzgados me escapaba e iba a las tiendas Omega a ver y “enamorar” cámaras, hasta que decidí convertirme en fotógrafo. Cuando compartí mi deseo con mis padres, en apariencia lo aceptaron, no me dijeron nada, y viajé a la Ciudad de México para estudiar fotografía y también cine.
Mi maestro en la fotografía fue Camilo Alonso Medina, quien impartía clases en la Asociación de Fotógrafos en México. Así empieza mi carrera por este mundo, donde se puede plasmar hasta el mínimo movimiento de las personas, como las alegrías y los hechos más sobresalientes del Estado, ya que muchas de mis gráficas y cine-comerciales han traspasado las fronteras, siendo reconocidas en otros países.
¿Cuál fue su primera fotografía?
Mi primer estudio fotográfico estuvo en la calle 60 con 51 y fue antes de que iniciara en el cine-comercial
Mi primer estudio fotográfico estuvo en la calle 60 con 51, fue antes de que iniciara en el cine-comercial, allí por primera vez realicé la fotografía mural, de metro y medio de altura o dos metros, que los hacía encerrado en el baño, sólo con la ayuda de una esponja frotaba la impresión, porque eran en blanco y negro, pintadas a mano; era un proceso muy delicado, es decir, pinturas en óleo.
En esos años mi ayudante era el fotógrafo José Acosta Puc, quien desde adolescente se interesó por la reproducción de imágenes. Hay que tomar en cuenta que fui la primera persona que metió el fondo blanco y negro en todo México, luego todos lo utilizaron. Sin embargo, no a todos los fotógrafos les gustó utilizar el fondo negro, ya que se les empastaba la imagen, pero para mí era sencillo desfasar el cuerpo con el fondo, y se maneja una luz tenue.
¿La demanda en la fotografía era suficiente para subsistir en esa profesión?
Me llamaba “El rey de fotografías de boda”, no me daba abasto, ya que ofrecía servicios en los tres estados de la Península; eran entre ocho y 10 eventos los fines de semana. Además, realizaba, junto con José Acosta, las películas de las bodas; era la sensación del momento ese paquete, había fechas apartadas hasta con seis meses de anticipación. Era la “locura” con tanto trabajo y todos los clientes tenían sus fotografías y películas a tiempo.
¿Cuál fue su primer cine comercial?
Mi primer cine comercial fue “Cholo África”, que fue un éxito, y de inmediato me contrataron para realizar dos más: “Paseo Montejo” y “Perritos”, en este último participó la Señorita México Rossana Villares Moreno; aunque el primer comercial que más trabajo me costó realizar fue para dar a conocer a Yucatán en Acapulco, en una convención de turismo; con ese material ganó Yucatán; fue lo mejor presentado.
Desafortunadamente nunca realicé una copia, y cuando llegó el huracán Isidore se mojó y desapareció con todo y los negativos. Era una película bella, que muestra todas las riquezas arqueológicas y gastronómicas del Estado, que tuvo música de Pedro Vázquez.
A lo largo de los años, ¿cómo ha visto la evolución de la fotografía?
Ha evolucionado mucho, en la parte que pasó de película a digital; me sigue atrayendo más la película, porque lo digital ahora te lleva al photoshop, ya que la mayoría de las fotos, si no son mejoradas, no las consideran.
Yo me tuve que adaptar a todos esos cambios de análogo a digital, lógicamente los dos tienen su belleza de colores. Sin embargo, el futuro de la fotografía seguirá avanzado, mientras una persona tenga arte en la mente, porque la cámara es como un lápiz, con uno, todos escribimos, pero no todos hacemos un libro o una poesía, esa es la diferencia. Tenemos un lápiz y no todos escribimos igual.