Gigantesco pleonasmo
El Poder de la Pluma.
LA CONFERENCIA MATUTINA DE ESA MAÑANA. Buenos días, apreciados lectores, bienvenidos a la batida semanal para cazar gazapos. En las páginas de un periódico dedicado a la información económica, el Ing. Luis Hoyos Schlamme avista un buen ejemplar y de inmediato lo remite a esta columna. La nota dice en lo medular: “Durante la conferencia presidencial matutina de esa mañana, ante el presidente…”. Pregunta don Luis: ¿Podrá haber una actividad matutina de tarde o de noche?
Gigantesco pleonasmo, comenta el Ing. Hoyos. En efecto, en esta frase se han empleado más palabras de las necesarias. Y todavía más, el redactor de esa noticia nos dice que la conferencia presidencial es con participación del presidente.
Esos vicios gramaticales motivan a emplear la resortera. Una fuerte pedrada derriba al gazapo y la primera pieza de hoy termina en el morral de cacería.
CIEGA POR SIEGA. En un diario local leemos: “Fallece Pedro Tenorio. El coronavirus ciega la vida del artista plástico”. Estamos en presencia de una falta de ortografía que ocasiona una impropiedad del lenguaje, al utilizarse las palabras con un uso distinto al que realmente tienen. Aquí se mal emplea la voz “ciega”, derivada del verbo cegar que, de acuerdo con el Diccionario, es perder enteramente la vista.
El redactor cometió una falta; debió de emplear el vocablo “siega”, del verbo segar. Según el DLE, esta palabra tiene tres significados: cortar mieses o hierba con la hoz, guadaña o máquina a propósito; cortar de cualquier manera lo que sobresale o está más alto, como la cabeza, el cuello, etc., y “cortar, interrumpir algo de forma violenta y brusca”, que es la acepción adecuada a la frase que comentamos.
El tirahule sigue activo, con él lanzamos un pedrusco hacia la vida ciega, cae a tierra la pieza y depositamos otro gazapo en la talega.
LOS VUELVEN A MATAR VIVOS. Una página noticiosa del Facebook nos trae de España una sorprendente información: Por falta de carroña en el campo, en Andalucía “los buitres vuelven a matar vivos a los becerros”. ¡Huy! Y luego los buitres se alimentarán con los cadáveres muertos de los becerros fallecidos. Según nuestra sindéresis (capacidad de raciocinio), para que los buitres puedan dar muerte a los becerros, éstos tienen que estar vivos. Si los becerros ya estuvieran muertos, los buitres no podrían privarles nuevamente de la vida. Aquí hay un exceso palabras. Tan sencillo hubiera sido escribir “los buitres matan a los becerros”.
Hermoso gazapo, muy apropiado para nuestra honda. Colocamos un buen guijarro en el “cuerito”, jalamos las ligas y se produce el disparo, cae la pieza, la colocamos en el sabucán y damos por concluida la cacería.
Hasta el próximo tirahulazo.