Novedades Yucatán/MÉRIDA
¿Sabías que a tu perro también le puede dar un golpe de calor? Esto sucede cuando el animal no consigue expulsar más calor del que genera o absorbe, superando su temperatura corporal y afectando su sistema nervioso central.

Los perros no transpiran como los humanos, sino que lo hacen sólo a través de la boca, lo que dificulta su autorregulación de temperatura, puesto que se refrigeran únicamente a través de la respiración y del jadeo.

Por ello se dice que los perros son mucho más propensos al golpe de calor que los humanos y este padecimiento puede matar a tu mascota en apenas 15 minutos.

Los síntomas que presenta el animal si sufre un golpe de calor es exceso de jadeo, falta de fuerzas, se niegan a andar, calambres musculares, coloración azulada de la piel, mareos, vómitos y pérdida de conocimiento.

¿Qué hacer?

Lo primero es bajarle la temperatura lo antes posible buscando una sombra y dándole agua poco a poco hasta que se estabilice y retome una respiración normal.

Si hay un punto de agua próximo como una fuente o manguera, báñalo lentamente para evitar un shock por la diferencia de grados. Primero se deben mojar las patas, luego la cabeza y el cuello, y cuando haya retomado algo la respiración, hay que bañarlo completamente.

Si los síntomas o la situación son más graves y no hay puntos de agua ni sombras, se puede empapar una camiseta en agua que lleves y aplicársela tipo paño húmedo en cuello y cabeza. Después,  hay que  llevarlos inmediatamente a una clínica veterinaria.

Prevención

Se debe evitar agotar a la mascota en paseos al sol y sin darle agua. En caso de que no se pueda evitar sacarlo en horas soleadas, hay que llevar mucha agua, ya que la mascota beberá mucho más de lo normal, por lo que hay que guardar siempre una buena cantidad para refrescarle en caso de que se produzca el golpe de calor.

Algunos perros son un poco inconscientes y pueden ponerse a correr sin parar hasta provocarse ellos mismos su propio colapso, por lo que hay que llevarlos con correa para evitar este comportamiento en horas de sol.

Hay que pararse en cada sombra y esperar a que el can retome la respiración más o menos normal (que deje de jadear) y ofrecerle agua.

Se le debe refrescar el cuello y la cabeza con regularidad pero sin derrochar el agua.

Si de repente se empieza a revolcar contra pajas y plantas hay que dejarlo, ya que seguramente es porque están más frescas que la temperatura ambiente e incluso conserven algo de humedad.

Hay que prestar especial precaución con ciertas razas como los bulldogs, boxer, carlinos o pugs, y cualquier perro con hocico corto o chato.

(Con información de www.caminoconmiperro.com)