Víctor Hugo Lizama Morales/MÉRIDA
Cuando se conversa respecto a las enfermedades que padecemos o que algún conocido tiene, son tres las que con mayor regularidad se mencionan: diabetes, cálculos renales e hipertensión.

Para el problema del azúcar en la sangre existen varios remedios como la moringa, el neem, la raíz de nopal, la hoja de mango y el ajo chino.

Para las piedras de riñón tenemos como remedio eficaz a la chaya, el palo azul, el elemuy y el fantástico chintok.

Y para el problema de la hipertensión existe un aliado que se dice es el mejor contra esta peligrosa enfermedad, el “espino blanco”.

Se puede tener presión arterial alta (hipertensión) durante años sin tener ningún síntoma. Aun sin síntomas, el daño a los vasos sanguíneos y a tu corazón se sigue produciendo y puede detectarse.

La presión arterial alta no controlada aumenta tu riesgo de graves problemas de salud como son el ataque cardíaco y el accidente cerebrovascular.

Esta planta se encuentra dentro de la variedad de plantas medicinales. (Foto: contexto Internet)

Las causas de este problema son diversas: la edad, puede ser de carácter hereditario, sobrepeso u obesidad, falta de ejercicio, estrés, consumo de tabaco, alcohol, mucha sal en nuestros alimentos, poco potasio en nuestra dieta y ciertas enfermedades crónicas también pueden aumentar tu riesgo de presión arterial alta, como la enfermedad renal, la diabetes y la apnea del sueño.

Pero la generosa naturaleza siempre tiene soluciones y para este caso existe el Crataegus oxyacantha o espino blanco como se le conoce comúnmente.

Esta planta se encuentra dentro de la variedad de plantas medicinales y se usa para tratar una extensa variedad de afecciones de tipo inflamatorias, pero generalmente se ha usado para combatir enfermedades como la hipertensión, la cardiopatía isquémica, la insuficiencia cardíaca congestiva y la arritmia, es decir, esta planta es la mejor amiga del corazón.

Mejora la circulación, a través de los antioxidantes que contiene, mejorando así la salud cardiovascular.

Sus componentes sedantes ayudan a relajar el cuerpo favoreciendo la relajación necesaria a las fases previas del sueño, así como las fases que se producen durante el descanso, o sea evita el insomnio. Sus flavonoides regulan los estados de nerviosismo y de ansiedad.

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