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El trenecito ha sido el preferido de varias generaciones. (Especial)
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MÉRIDA.- Debido a la pandemia del coronavirus, desde el mes de marzo está cerrado al público el parque zoológico El Centenario, y mucha gente ya tiene ganas de regresar a pasear a él, conocer más de los animales que ahí se albergan, disfrutar de las atracciones y, por supuesto, subirse para una vuelta en el trenecito.

Fue en mayo de 1955 cuando este ferrocarril miniatura fue inaugurado, lo cual quiere decir que en este 2020 cumplió 65 años de funcionamiento, aniversario que pasó desapercibido pues en ese mes ya estaba cerrado el parque al público en general.

De acuerdo con información de “Mérida de Zavala”, el trenecito fue iniciativa de Damas de Sociedad de esa época, que decidieron que el parque zoológico debería tener más atractivos, instalándose para tal fin una vía “Decauville” de 50 cm de ancho que constaba de una locomotora tipo Diesel alijo con bancas de cupo para diez personas en tres carros descubiertos.
A principios de los años 60 iniciaron modificaciones en esta atracción, construyéndose una curva en las vías, así como el conocido túnel de 40 metros de largo, en donde prácticamente los viajeros tienen la obligación de gritar al estar en la oscuridad, y se creó la terminal para pasajeros que está frente a la explanada de espectáculos del parque.

Al paso de los años el trenecito es la atracción más conocida de El Centenario, por encima del teleférico o los botes en el lago artificial, y desde siempre el costo del pasaje es simbólico, accesible para cualquier persona, ofreciendo un recorrido divertido y que permite mirar periféricamente algunas de las jaulas más destacadas del zoológico, como la de los leones, tigres e hipopótamos.

Lugar emblemático de Mérida 

Cabe mencionar que el parque de El Centenario fue inaugurado como jardín botánico en el año 1910, al celebrarse los 100 años de la Independencia de México, que es de donde deriva su nombre tan popular, pues en Mérida la gente no va al zoológico, sino que va de paseo al “Centenario”.

Actualmente, el parque, ubicado en la avenida Itzaes entre calles 59 y 65, además del jardín botánico, cuenta con área de juegos infantiles, área de patinaje, juegos mecánicos, el lago, dos trenecitos y el teleférico, además de la zona destinada a los animales.

 

En el zoológico hay herpetario, aviario, primaterio y la zona de mamíferos, siendo todas éstas y más la delicia de chicos y grandes que llegan de visita, aunque, por el momento, se mantiene cerrado por la pandemia.

Hay que referir también que el kiosko del parque, y las 200 bancas instaladas en el jardín, fueron importadas de los Estados Unidos, y la fuente de mármol en los separos de las aves la donó la colonia cubana en Yucatán en 1930.

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