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Recientemente he sido uno de los beneficiarios de la rehabilitación robótica de la marcha en el CREE del DIF Yucatán, en el que Lokomat y yo nos hacemos uno para ir logrando caminar cada vez mejor tras una afectación medular en mi columna vertebral.

Aunque solo hay un equipo más en Mérida y otro en Campeche –de carácter privado o semiprivado-, y su mantenimiento es muy costoso, es un buen ejemplo de que ya están aquí las cirugías teleasistidas, el uso de la robótica o el monitoreo de pacientes con dispositivos inteligentes y a través de diversas plataformas en un nuevo esquema de medicina más innovador –como usa el DIF Yucatán, desde su Cemanud, para el control de la diabetes-, y se espera se acelere esta tendencia todavía más sin cargarle la mano más al ya afectado paciente.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) se han desarrollado más con la pandemia, según el diario Reforma, “por la necesidad de brindar atención a grupos vulnerables, entre los que no se tiene acceso a infraestructura o personal para atender diferentes problemas”.

Se populariza la “telemedicina” y “telesalud”, cuyo sufijo “tele” denota lejanía o distancia, no como un negocio, sino como una necesidad, porque el paciente no puede o no tiene para transportarse.

Dos ejemplos: una plataforma de ultrasonografía, usada en España, para embarazadas; y un exoesqueleto para dar rehabilitación, con ella, introducen la mano del paciente en un guante y, a través de internet, se pueden programar fisioterapias para que el paciente recupere su movilidad”.

Además, está la cirugía robótica, que en México ha existido por sistemas como Da Vinci Xi, con el que el doctor garantiza una mayor precisión en intervenciones de especialidades como neurocirugía, urología, ginecología, cardiología, oncología y cirugía general.
En México existen distintas aplicaciones de la “telesalud”, como en algunas unidades de medicina familiar del IMSS y en el hospital regional “Ignacio García Téllez” (T1, en Mérida), en donde, en línea, se pueden consultar resultados de laboratorio, dar seguimiento de citas o solicitar consulta médica.

Teletón creó videos pedagógicos con ejercicios de mecanoterapia, estimulación temprana, terapia ocupacional y psicología.

En cuanto al robot Lokomat usa realidad virtual y una de sus aplicaciones, Gabarello, ganó un concurso a nivel mundial, es un pequeño astronauta cabezón, perdido en un planeta desconocido que quiere volver a casa. También es el protagonista del juego homónimo que se usa para la rehabilitación motriz de lesiones medulares y neurológicas. El jurado del European Innovative Game Award le concedió en Fráncfort (Alemania) el premio al juego más innovador “por convertir una terapia muy dura, como es aprender otra vez a caminar, en una experiencia estimulante, automotivadora e incluso divertida”.

Gabarello es el acrónimo de Game Based Rehabilitation for Lokomat, porque ha sido concebido como aplicación para un exoesqueleto con un sistema electromecánico, Lokomat, que favorece la respuesta neurológica y el fortalecimiento muscular en las terapias de rehabilitación medular y del sistema nervioso central. Para mí es un privilegio subirme a Lokomat para ser humano y robot a la vez.

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