Cenote Chenjá: depósito de basura y brujería

Meses después de iniciado el rescate, una densa ola de putrefacción sepultó el ambicioso proyecto.

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El cenote ChenJá era una vergüenza de Yucatán y, más aún, siendo un cenote tan emblemático del municipio de Mérida. (Sergio Grosjean/SIPSE)
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Sergio Grosjean/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El sábado tuvimos la fortuna de colaborar en el rescate integral del cenote Chenjá en Dzityá. Difícil contar en pocas líneas una historia que se remonta al año 2006, cuando por primera vez denunciamos en el noticiero de nuestro amigo, José Luis “El Chato” Preciado, el desastroso estado en el que se encontraba el cenote debido a la notoria contaminación que producía una granja porcícola, ubicada a sólo 15 metros de este emblemático cenote. 

Las imágenes que captó nuestro también amigo y colega de los periplos cenoteros, Pepe Peraza, fueron realmente desgarradoras, ya que transmitía la sensación y hasta casi olores  que nos corroían. Pero todo quedó allá. Transcurrieron los años y los mismos amigos citados siguieron apoyando con su arte estas denuncias pero nada sucedió, y la granja siguió campante en sus actividades. 

Hace alrededor de dos años, un grupo de ecologistas comandados por nuestro también cuate, Eduardo Conde, se comprometió con un proyecto de rescate que fue muy exitoso ya que logró conjuntar a varias instituciones y dependencias gubernamentales de varios niveles de gobierno, y fue en ese momento que, por primera vez en 20 años, se logró clarificar el agua. 

Meses después de iniciado el rescate, una densa ola de putrefacción sepultó el ambicioso proyecto, ya que a pesar que la Seduma del Gobierno del Estado les había impuesto biodigestores, éstos resultaron poco eficientes debido a que resultaron de escasa capacidad para el volumen que majeaba el sitio. Luego de observar lo sucedido y comenzar una nueva campaña de concientización en los medios y, por consiguiente, cargado de presiones mediáticas de la sociedad civil, así como las gubernamentales, esta granja se pasó por el arco del triunfo todo y siguió operando. 

Transcurrió año y medio hasta que por azares del destino unimos alianzas en un fin común con la fundación Bepensa: el rescate integral de los cuerpos de agua de Yucatán.

Gran proyecto

Una de las propuestas en las que coincidimos fue abordar la problemática del cenote ChenJá, ya que este sitio era una vergüenza de Yucatán y, más aún, siendo un cenote tan emblemático del municipio de Mérida, sobre todo para los boy scouts, que fue un lugar que acogió a gran número de escultistas. Luego de algunos meses de diseñar la propuesta, la Fundación Bepensa encontró eco a su gran proyecto con su par Dunosusa y, entre ambos, tomaron la decisión de acoger el ofrecimiento de realizar el rescate integral del cenote Chenjá, ubicado en Dzityá.

Llegado el momento, la Fundación Dunosusa canalizó el redondeo de un mes de sus tiendas para este ambicioso propósito, en el que se capitalizó alrededor de 98 mil pesos que están siendo invertidos en este rescate integral. 
En esta ocasión, se saneó superficialmente, subacuáticamente, así como una intensiva reforestación con plantas de Yucatán que donó la Fundación Bepensa. Sin duda, el ejido de Dzityá es la parte más importante por no decir fundamental del proyecto, ya que ellos cuidarán del sitio y regarán las plantas recién sembradas.

Para lograr este propósito, parte del dinero creado en este fondo fue destinado para la compra de una bomba de agua y sueldos de los ejidatarios que allá laborarán, por al menos dos meses. Interesante que a las labores de limpieza nos acompañaron el secretario de la Seduma, Eduardo Batllori; Armando Ruiz, ex titular de esta dependencia  durante la administración del entonces gobernador Víctor Cervera Pacheco, quien inició el proyecto del Atlas de los Cenotes de Yucatán. 

También estuvo nuestro amigo “Chepo” Ruiz, pionero en el registro de los cenotes de esta dependencia, así como el diputado federal Jorge Carlos Ramírez Marín, quien al ver la cantidad de basura que extrajimos, se comprometió en apoyar esta importante labor.

***

Curiosamente, ese sábado, estando en plena actividad, arribó un grupo de niños exploradores de Samahil denominado “Club de Exploradores Zurisadai” que apoyaron en las actividades y les agradecemos su importante colaboración. 

Honor a quien honor se merece, en las actividades subacuáticas apoyaron Raúl Vázquez, Gabriel Delgado, Tihui Núñez, José Palacios, César Ruiz, Francisco Puc y Jorge Alberto Trujillo, de la Fundación Bepensa. Finalmente, las pruebas de calidad de agua que realizamos resultaron satisfactorias. 

Mi correo es [email protected] y twitter:@sergiogrosjean.

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