¡Increíble, recibió nueve balazos y sobrevivió!

Wenceslao Moguel fue conocido, en programas y folletos de “Aunque Usted no lo crea!”, como “El Fusilado de Halachó”.

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Wenceslao Moguel, el fusilado de Halacho, y el famoso presentador Robert Ripley, creador de "Aunque usted no lo crea"! (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hace unas semanas, policías de Halachó me pidieron que investiguara y publicara el misterio de “El fusilado de Halachó”, un caso que aunque no tenga tal vez nada de paranormal, sí se considera insólito y se ha convertido en leyenda, y las pruebas están a la vista pues su fama trascendió fronteras.

Y decimos que es un caso internacional porque podría decirse que el 'fusilado' fue el primer yucateco en aparecer en el famoso programa estadounidense “Aunque usted no lo crea!, de Ripley”.

A continuación presento el caso, que ya había investigado hace tiempo a raíz de que el profesor halachoense Esteban Brito me dio la documentación del mismo hace unos años, cuando se desempeñaba como subdirector de Comunicación Social de dicho Ayuntamiento.

La historia

En el año de 1915, durante la época revolucionaria y siendo presidente Venustiano Carranza, Toribio de los Santos era gobernador militar de Yucatán, quien nombró al tristemente célebre Abel Ortiz Argumedo jefe de las fuerzas militares del Estado, se desarrolló un hecho sangriento en Halachó.

En los primeros meses del año 1915, el coronel Ortiz Argumedo aprovechándose del puesto que ocupaba se levantó en contra de los carrancistas que tenían su cuartel general en el puerto de Veracruz, y fue combatido por el general Salvador Alvarado, jefe del Ejército del Sureste.

Estos combates se desarrollaron en Blanca Flor, Poc Boc y Halachó, a mediados del mes de marzo de 1915.

Lo dieron por muerto

Uno de los jóvenes que tomó parte en los disturbios fue Wenceslao Moguel H., quien terminó ante un pelotón de fusilamiento, en Halachó. Ocho balas se alojaron en su cuerpo y hasta el tiro de gracia recibió, razón por la cual se le dio por muerto.

Pero no fue así, el ejecutado sobrevivió, y al verse libre de sus verdugos, con grandes dificultades -como relató en su libro- se arrastró hacía la iglesia de Santiago Apóstol, donde un hombre caritativo lo tomó a su cuidado y lo curó.

La historia de Wenceslao Moguel H. fue conocida por el periodista norteamericano Robert L. Ripley, y a través de los famosos programas y folletos de “Aunque Usted no lo crea!”, fue mundialmente conocido como “El Fusilado de Halachó”.

A su regreso de los Estados Unidos, en 1938, cuenta su angustiosa incursión en aquellos combates al profesor Santiago Méndez Espadas, quien las plasmó en el libro titulado “El Milagro del Santo de Halachó” o “Historia de un Fusilado”, la historia verídica contada, por él mismo, de lo que sufrió y experimentó en su vida de militar, sin serlo, por azares de la suerte o incidentes de su vida.

Hasta aquí el relato más fidedigno del caso, que fue publicado también en una gaceta oficial; al parecer, es médicamente imposible que una persona reciba nueve balazos (incluido el tiro de gracia) y sobreviva.

¿Fue un milagro? Usted, amigo lector, tiene la última palabra.

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