William Sierra/ Mérida

Hay que ser misericordiosos, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, cargar la cruz de la penitencia, arrepentirnos y pedir por aquellos que nos ofenden y hacen daño, fue el mensaje a los feligreses en el Domingo de Ramos, que marca el inicio a la Semana Mayor, uno de los tiempos litúrgicos más importantes en la vida cristiana.

Conmemorando como lo hiciera Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén, donde la multitud lo recibió con hojas de palma, decenas de feligreses salieron de la rectoría de Santa Lucía y se dirigieron en procesión hacia la Catedral, entre rezos y alabanzas.

Al frente estuvieron el Arzobispo de Yucatán, acompañado por los Pbros. Manuel Vargas Góngora, Alberto Gaspar Arceo Castillo, Raúl Kemp Lozano y Justo Ceballos Uc, rector de la Catedral, integrantes de la Cofradía de Jesús Sacramento, grupos de custodios que llevaban la imagen de Cristo Rey y fieles de todas partes de la ciudad, que al entrar a la Catedral fueron recibidos entre aplausos.

Durante la homilía, el Arzobispo Gustavo Rodríguez Vega manifestó que en este tiempo de Cuaresma debemos ser misericordiosos, así como nos enseñó Jesucristo en su pasión y muerte, y también, sanar las heridas de nuestros enemigos, las cuales pueden ser orales y espirituales.

“Cuando nos arrepintamos, que sea con un sinceridad, de la misma manera que lo hizo Pedro que dejó caer lágrimas, aquellas que nos purifican y hacen crecer como buenos cristianos”, indicó.

Por otra parte, en el auditorio del Centro Universitario Montejo (CUM)más de mil jóvenes participaron en la misa de envío, que ofició el Pbro. Christian Uicab Tzab, quien los conminó a acudir con el corazón abierto para aprender y dar.

Pertenecientes a 27 apostolados, en su mayoría universitarios de grupos como Roca Mar, JDMI, Goldberg Pastoral Penitenciaria, Jenuve, Jóvenes Misioneros Laicos, Sigma, los misioneros acudirán a más de 40 poblaciones, donde impartirán catecismo, llevarán despensas y ayudarán en los oficios de la Semana Santa.