Coral Díaz/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- “Para muchas personas, el decir que van al psicólogo o que acuden a terapia nos produce incomodidad”, indicó María Isabel Maldonado Marenco, especialista de la Clínica de Medicina Familiar Mérida del Issste.

Dijo que algunos motivos están relacionados con que la profesión de psicólogo no es valorada socialmente, ya que es lógico que se proteja la privacidad e intimidad, pero también existen creencias erróneas como que el sufrimiento es normal, que pedir ayuda es ser vulnerable o débil, y que uno solo tiene que resolver sus problemas.

“Ir al psicólogo aumenta la fortaleza, la seguridad y la confianza en uno mismo, además de que sirve para aumentar la autoestima, para potenciar las capacidades y los recursos que todos tenemos, para sentirse bien, para mejorar las relaciones con los demás, para aprender a valorarnos y a hacernos valorar por los demás”, refirió.

Mencionó que, entre otras cosas, acudir con el psicólogo sirve para disminuir o eliminar la perturbación, la angustia, las sensaciones corporales o los síntomas fisiológicos.

“Así como para resolver historias del pasado que nos afectan en la actualidad, a pesar de que no seamos conscientes de ello; asimismo, para resolver temas pendientes, elaborar duelos por pérdidas que hemos sufrido, cerrar círculos, sanar heridas y procesar experiencias dolorosas y traumáticas que muchas veces están asociados al malestar actual”, destacó.

Mente en armonía

Dijo que lograr armonizar la vida de las personas a veces no depende solo de su estado físico, sino que su mente se encuentre en armonía para enfrentar la adversidad diaria manejando diversos traumas, mapas y apegos que impiden la felicidad.

“La consulta con el psicólogo ayuda a construir esta armonía desde una perspectiva diferente que promueve la salud mental”, indicó.

La especialista expuso que el Issste en la entidad ofrece consulta psicológica y de manera general se atienden personas que necesitan ser escuchadas acerca de su problemática, “son gente que se ahoga en sus problemas y esto les afecta y les genera ansiedad y estrés, lo que detona en enfermedades crónico-degenerativas mayores.

Maldonado Marenco mencionó que en su mayoría son personas de la tercera edad que enfrentan algún tipo de pérdida de un ser querido, pero la mayoría tiene problemas de tipo económico por la falta de edad para desempeñarse en un empleo, además les falta organización, ya que no existe cultura de prepararse para la tercera edad.